EFE.- La exposición “Los bajos fondos del Barroco. La Roma del vicio y de la miseria” llega a la Villa Medici de Roma para mostrar la cara más oscura de la ciudad durante el siglo XVII y presentarla al público como cuna de tentaciones y pasiones ocultas.
Una Roma lasciva, peligrosa, corrupta, erótica y maldita es la visión que esta muestra pretende ofrecer como contrapunto a la idea de ciudad religiosa que tradicionalmente ha acompañado a la capital italiana.
El propósito de la exhibición, comisariada por Francesca Cappelletti y Annick Lemoine, es ahondar en la mala fama de este mundo, real e imaginario, retratado por pintores de países como Italia, Países Bajos, Francia y España.
“La exposición presenta una mirada nueva de los primeros 30 años del siglo XVII en Roma, que nos hemos acostumbrado a ver como el periodo del Barroco triunfante, con los monumentales palacios de esta época y sus cuidadas decoraciones”, explicó a Efe una de las comisarias de la muestra, Cappelletti.
Más allá de la grandeza de las iglesias y de la solemnidad de los altares de este periodo, esta exposición revela a través de más de cincuenta piezas una realidad mucho menos conocida que fascinó a los pintores de la época.
“Al hablar del Barroco, pensamos en Pietro da Cortona, en Gian Lorenzo Bernini, en las grandes construcciones urbanísticas. Pero existe otra Roma, la de las tabernas, la vida nocturna, los autores jóvenes que venían de todas partes de Europa a retratar esta cara de la ciudad”, añadió Cappelletti.
Esta colección persigue además la creación de un imaginario completamente diferente del asociado al Barroco y busca reflejar un universo y un arte paralelos a esta monumentalidad.
“Es un arte no oficial pero que restituye la otra mitad de la ciudad, una cara escondida pero complementaria”, aseguró la comisaria.
La cincuentena de obras que componen la muestra, creadas en Roma durante la primera mitad del siglo XVII, contiene piezas tanto de autores consagrados del Barroco como de artistas especializados en retratar este tipo de escenas tabernarias, conocidos como los bambochantes.
Entre los autores de renombre presentes en la exposición destacan Claude Lorrain, Valentin de Boulogne, Jan Miel, Sébastien Bourdon, Leonaert Bramer, Bartolomeo Manfredi, Pieter van Laer y el español José de Ribera.
Una de las creaciones centrales de la colección es el “Joven desnudo en la cama con un gato”, de Giovani Lanfranco, en la que el autor “venera el cuerpo masculino” a través de una obra con una evidente carga erótica.
Las piezas de Claude Lorrain, considerado uno de los fundadores del paisaje ideal, también recogen estos elementos disonantes, como ocurre en el cuadro “Vista de Roma con una escena de prostitución”, que contrasta con la iglesia de la Santa Trinità de’ Monti al fondo.
Esta dualidad de la capital italiana también puede apreciarse en “Paisaje con ruinas y escenas pastorales”, de Cornelis van Poelenburgh, en el que un joven orina sobre las ruinas de la Roma Antigua.
“Estos elementos cotidianos suponen casi un ultraje a la antigüedad, a la grandeza de Roma”, comentó Cappettelli.
Estas obras no solo ponen de manifiesto la degradación de la ciudad sino que también pueden servir para “ampliar la mirada sobre este periodo ya muy estudiado pero en el que estos aspectos del arte y la vida romana han quedado en el olvido”.
La exposición, que se podrá visitar en Roma hasta el 18 de enero de 2015, viajará después a París, donde abrirá sus puertas del 24 de febrero al 24 de mayo.
La muestra nace de una colaboración entre la Academia de Francia en Roma – Villa Medici y el Petit Palais – y el Museo de Bellas Artes de París.
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