MVS. A la par del operativo efectuado por la Policía Federal en la Ciudad de México para detener al ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca; elementos de la Gendarmería regresaron a la comunidad de Pueblo Viejo, en la propia Iguala, y a la zona serrana de Cocula para tratar de ubicar el paradero de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa que están desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre.
Además, un convoy de esa misma corporación se desplazó hasta el municipio de Teloloapan, uno de los más afectados por la violencia que se vive en el estado de Guerrero, para extender el radio de la búsqueda que realiza la División de Gendarmería de esa misma corporación. Sin embargo, la suerte no cambió para las fuerzas federales y una vez más concluyeron el día sin poder localizar a los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, mismos que ese miércoles cumplen 40 días en calidad de “no localizados”, como llaman las autoridades federales a los desaparecidos en México.
La detención de José Luis Abarca Velázquez y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa en la delegación Iztapalapa provocó una gran expectativa sobre la posibilidad de que surgieran nuevos datos que permitieran conocer el destino de los 43 estudiantes normalistas, pero la movilización de las fuerzas policiacas en Iguala prácticamente no registró cambios a lo largo del día.
Hasta la madrugada de este miércoles, no se veían en Iguala operativos o cateos adicionales que pudieran desprenderse de las declaraciones ministeriales que rinden Abarca Velázquez y Pineda Villa ante la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO). Los únicos despliegues que tuvieron lugar durante la jornada de ayer, fueron los que ya estaban programados.
La Gendarmería realizó dos nuevos operativos de búsqueda con cuatrimotos en la zona serrana del municipio de Cocula y en la comunidad de Pueblo Viejo perteneciente a Iguala, paraje en el que se encontraron las primeras cuatro fosas clandestinas con los cuerpos de 28 personas, cuya identidad continúa bajo análisis pericial. Un tercer despliegue de la División de Gendarmería de la Policía Federal se llevó a cabo en el municipio de Teloloapan, pero este fue de mayor acercamiento a la comunidad y de búsqueda de datos entre la población, método de acercamiento que esa corporación ya había utilizado con anterioridad en la alcaldía de Cocula.
Dicha estrategia se aplica por uno o dos días para que la población informe a las autoridades de lugares que son utilizados para cometer actos ilícitos, hasta que finalmente la Policía Federal cuenta con mayores elementos para profundizar sus incursiones. Por su parte, la Unión de Pueblos Organizados de Guerrero (UPOEG) que se había retirado de Iguala desde el pasado viernes 31 de octubre, con motivo de las festividades de Día de Muertos, regresaron la noche del martes a la cabecera de ese municipio, con el propósito de seguir organizando sus propios operativos de búsqueda, los cuales tampoco han dado los resultados esperados.
La única diferencia palpable en Iguala tras la detención de la pareja Abarca-Pineda fue la edición de periódicos vespertinos para dar a conocer la doble captura.
Decenas de voceadores circularon por la ciudad para vender ejemplares de los diarios locales que imprimieron una edición extraordinaria, misma que se agotó alrededor de las cinco de la tarde.
Ya nadie se refirió al ex alcalde de Iguala como habitante próspero de esa ciudad guerrerense, los encabezados sobre la pareja municipal, José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, ya se refieren a ellos como asesinos, narcotraficantes y líderes de un grupo delictivo. Iguala pasó del temor absoluto a la sentencia pública de culpabilidad, aun antes de que se lleve el juicio penal contra la pareja Abarca Pineda.
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