SinEmbargo. Cuentan las leyendas del cine contemporáneo que cuando los hermanos Ethan y Joel Coen, flamantes presidentes del Festival de Cannes, ya habían desistido frente a la imposibilidad de encontrar un protagonista para Inside Llewyn Davis por la falta de actores que además poseyeran altas cualidades para la música, llegó Oscar Isaac y el cielo se iluminó para los hacedores de Barton Fink y Fargo, entre tantas otras películas señeras.
A ver, este chico estudió en la Escuela Juilliard, una de las más prestigiosas del mundo en lo que a música se refiere y cuyo examen de ingreso exige que el aspirante sea casi profesional.
Cuenta a su vez el actor y cantante nacido en la capital de Guatemala el 5 de enero de 1980 que cuando se enteró del casting para la historia del músico de folk fracasado de los ’60 que querían filmar los Coen no paró hasta conseguir el papel.
“Cuando los Coen dicen que alguien merece ser actor principal en una de sus películas la gente comienza a verte con otros ojos, nos hicimos muy amigos, me enseñaron como hacer películas, me abrieron sus pensamientos, me mostraron su modo de ser y eso me impresionó, también me hablaron de sus libros y películas favoritas, además de contarme historias acerca de cómo fue trabajar con actores como Charles Durning y si, ¡me dieron la bienvenida a su mundo!”, contó el astro guatemalteco.
Para él, que llegó al set de Inside Llewyn Davis portando un currículum laboral integrado por algunas películas interesantes, colgarse la guitarra al hombro y poner cara de desgraciado frente a la hermosa Carey Mulligan significó un rol consagratorio.
Tanto así, que podríamos decir sin exagerar que el centroamericano es un verdadero peso pesado entre las nuevas caras de Hollywood y no paran de lloverle las ofertas.
Vive su gran momento, como lo demuestra su trabajo en X-Men: Apocalypse, la secuela de X-Men: Días del futuro pasado, que se estrenará en los Estados Unidos el próximo 27 de mayo.
Isaac se meterá en la piel de En Sabah Nur, más conocido como Apocalipsis, que será el villano principal de la nueva película de la Patrulla X de Marvel.
Mientras, Oscar está inmerso en la promoción de El año más violento, el filme donde comparte créditos con otra estrella en ascenso, la pelirroja Jessica Chastain.
Se trata de “Un drama criminal que tiene lugar en Nueva York en el invierno de 1981, estadísticamente el año más violento de la historia de esta ciudad”, reza la promoción.
“Cuando termine aquí, me haré un examen de cabeza para X-Men: Apocalypse, cosa que hacen muy a menudo. Te pasas unas 3-4 horas mientras ellos te ponen yeso por toda la cabeza y así descubren cómo es tu cara y de qué forma es tu cabeza. Así pueden empezar a diseñar el traje, el maquillaje y todo eso, lo que es bastante divertido. No he podido echarle un vistazo y ver cuáles son los requisitos exactos. Pero supongo que el traje será una combinación de estructura y tecnología robótica”. Pinta bien, ¿verdad?”, dijo el actor guatemalteco a los medios españoles.
De su éxito es reflejo su participación en la nueva entrega de Star Wars, con un papel que todavía no ha sido develado.
Lo dicho, a no perder de vista a este verdadero portento de la actuación, que para más signos, es de nuestro continente. Bien latinoamericano el Oscar Isaac.
Habla perfecto español aunque con acento inglés y su afición a las artes comenzó por la música. Podría decirse en ese sentido que es más músico que actor, aunque frente a la cámara no lo hace nada mal, en parte porque la naturaleza lo ha dotado con un bello rostro y una mirada subyugante, como hace mucho no veíamos en la pantalla grande.
Vive en Nueva York, por lo que maneja su fama en ascenso con bastante tranquilidad, alejado de la parafernalia de Hollywood, donde todo es vivir para aparentar.
“En Nueva York te puedes sentir anónimo”, ha declarado en algunas entrevistas.
Trabajar es una obsesión y un motivo de trascendencia.
“Recuerdo cuando estaba saliendo de la escuela y me decía: – Si tan solo me dieran una oportunidad… Yo sé que puedo hacerlo. Entonces conseguí hacer mi primera película y vino y se fue y pensé: – Si tan solo me dieran otra oportunidad, sólo una más. Entonces comencé a conseguir trabajo y me di cuenta de que no se trata de éso. Lo importante no es un rodaje, es el trabajo”, dijo Isaac, de madre guatemalteca y padre cubano.
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