Nierikates, memoria gráfica de sueños del pueblo huichol

Notimex. La cultura huichol o wixaritari concibe los sueños como previsiones que sus abuelos o dioses les envían para atender la vida cotidiana y seguir las tradiciones, por lo que estas revelaciones son inscritas en nierikates o cuadros de madera.

Antiguamente, el nierika era parte de las ofrendas que se entregaban a los dioses huicholes, y eran piedras o pedazos pequeños de madera, sobre lo que se dibujaban animales como el venado, plantas como el xicuri o peyote, y humanos interactuando con fuerzas naturales.

El arquéologo adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Nayarit, Francisco Samaniega Altamirano, dijo que estas piezas, impregnadas con cera de Campeche y “dibujadas” con estambre de colores, son utilizadas para el comercio artesanal.

Mencionó sobre la técnica del nierika o nierikates, en plural, que “hubo un gran momento de crecimiento de esta tradición entre los siglos XIV y XV, pero los primeros registros de nierikates contemporáneos datan del siglo IX, que se elaboraban en cantera y piedra”, dijo.

Señaló que eran petrograbados a los que les aplicaban pigmentos, aunque otros también estaban cubiertos de cera de abeja o de Campeche, para colocarles piedras pequeñas o fibras naturales teñidas con pigmentos vegetales o animales, “y de esa manera recrear el mundo mágico de las deidades huicholes”.

Samaniega Altamirano aseguró que a partir de los años 60, inició la comercialización artesanal de este tipo de escritura ideográfica, porque “aparecieron materiales más baratos, pero intervinieron antropólogos y promotores culturales, como Peter Force y Miguel Palafox Vargas, quienes proyectan este arte hacia el lado comercial, mediante la venta de algunas tablas”.

A partir de la comercialización, también aparecieron artistas visuales huicholes, que al uso de la técnica, buscaron imprimir formas y significados particulares, y fue como Ramón Medina, José Benítez, Mariano Valadez y Cristóbal González destacaron en México y en el mundo por su realización plástica.

Por su parte, el artista huichol, Cristóbal González, oriundo de la comunidad Salvador Allende, del municipio de Tepic, se dedica a realizar artesanías como collares, brazaletes con motivos huicholes, pero sus nierikates han sido expuestos en Nueva York y San Francisco, en Estados Unidos.

Comentó que desde los ocho años se dedica a realizar nierikates, con triplay, cera de Campeche y estambre.

Añadió que un cuadro pequeño necesita de una semana para su elaboración, y obras más grandes, dijo, pueden llevar hasta meses; “el nierika viene siendo el espejo donde el marakame -chamán- ve todo a su alrededor, ahí se comunica con los dioses y los lugares sagrados”, explicó.

A su vez, el artesano Santos Daniel Carrillo Jiménez, quien viene a Tepic para vender artesanía desde la comunidad de San Andrés Cohamiata, en Mezquitic, Jalisco, dijo que la venta de nierikates representa una forma de subsistir.

Comentó que, en algún momento, estas piezas fueron objetos de valor ritual que nada más conocían los marakames o chamanes de sus comunidades.

“Nuestros mayores los usaron de ofrendas, no los usaron para vender, y los hacían chiquitos, entonces en ese nierika tenían lo que la persona tenía, por ejemplo animalitos, vacas, borregos, venados y ahí lo ponían para ofrecer; también ponían el símbolo del lugar, si lo iban a llevar a un sitio sagrado para dejarlo ahí”, mencionó.

Dijo que su trabajo artesanal se basa en las fiestas y rituales wixárikas; “cuando hago un cuadro me baso en una fiesta para presentarlo aquí y escribo atrás lo que está representado para que la persona que lo quiere comprar sepa de qué es, lo que significa”, dijo.