Notimex. El arquitecto mexicano Luis Barragán, quien es recordado hoy que se cumplen 113 años de su nacimiento, será homenajeado con el Centro Cultural que lleva su nombre y que se construye en el municipio de La Manzanilla de La Paz, Jalisco.
La obra, que atraviesa su segunda etapa que concluirá en abril próximo, beneficiará a más de 25 mil personas, tanto de La Manzanilla de La Paz como de los municipios aledaños: Mazamitla, Tizapán el Alto, Tuxcueca, Teocuitatlán y Concepción de Buenos Aires, en Jalisco; y San José de Gracia, en Michoacán, de acuerdo con el diario “El mexicano”.
Luis Barragán nació el 9 de marzo de 1902 en Guadalajara, Jalisco, en el seno de una familia acomodada y de notable moral católica.
Según su perfil biográfico, publicado en el portal “arquitectronica.com.mx”, su experiencia infantil en el entorno rural mexicano dejó una profunda huella que se vio reflejada en su creación artística y que dio como resultado la “definición de un estilo mexicano universal”.
Estudió en la Escuela Libre de Ingenieros de Guadalajara, donde conoció y entabló una profunda y perdurable amistad, con personajes como Rafael Urzúa (1905-1991) y Pedro Castellanos (1902-1961).
Su interés por la arquitectura, según afirmaba él mismo, nació fundamentalmente de la influencia del arquitecto Agustín Basave (1886-1961), uno de sus maestros.
Entre 1919 y 1923, Luis Barragán estudió Ingeniería Civil en la Escuela Libre de Ingeniería de Guadalajara, donde siguió los cursos opcionales para obtener simultáneamente el grado de arquitecto bajo la tutela de Basave.
Viajó a Francia y España entre 1925 y 1926; al llegar a París asistió a la “Exposition Internationale des Arts Décoratifs et Industriels Modernes”, donde encontró inspiración en la foto de un jardín diseñado por Ferdinand Bac (1859-1952).
Su encuentro con las culturas mediterráneas, tanto europeas como musulmanas, influyó en su arquitectura, en especial con la ciudades mediterráneas, la jardinería y el uso expresivo del agua con la “Alhambra” de Granada.
A su regreso a la Escuela libre de Ingeniería, ésta ya no entregaba más títulos de arquitectura, por lo que aun con todos los requisitos no pudo obtener su título oficial. El resto de su vida firmó, alternativamente, como ingeniero, arquitecto o paisajista.
Su primera obra fue la remodelación de la casa de Emiliano Robles León (1888-1962), notable abogado tapatío, y cuya casa se situaba en la esquina de las calles Pavo y Madero, en pleno centro de la ciudad de Guadalajara.
En dicha remodelación, destacó el trabajo de la madera en barandales y puertas, diseñadas por el mismo Barragán, así como el patio central, dotado de una fuente. Este trabajo le generó una gran cantidad de encargos.
Tras un viaje a Nueva York, Estados Unidos, en 1931, Barragán se asentó en la Ciudad de México y realizó varias construcciones dentro del género habitacional, de inspiración funcionalista y con carácter netamente comercial, en su etapa conocida como racionalista.
En 1945 diseñó y creó el plan de urbanización del Pedregal de San Ángel, junto a otros arquitectos, entre ellos Max Ludwig Cetto Day (1903-1980) cuya casa fue la primera erigida en la zona.
Dos años más tarde, en 1943, adquirió unos terrenos en Tacubaya, donde construyó una primera casa y posteriormente su propia residencia anexa a un taller en 1947, la cual es Patrimonio de la Humanidad a partir de 2004 y que manifiesta plenamente su propio lenguaje arquitectónico.
En 1957 realizó el proyecto de escultura urbana de las torres de Satélite en colaboración con el escultor Mathias Goeritz (1915-1990) y el pintor Jesús Reyes Ferreira “Chucho Reyes” (1880-1977).
Su discurso sobre arquitectura vernácula coincidió en los 60 y 70 con intereses estructuralistas y de semiótica de la arquitectura, basado en estos intereses; el mundo arquitectónico de Nueva York lo lanzó a la fama internacional.
La muestra de 1976 del “Museo de Arte Moderno” de Nueva York llamada “The Architecture of Luis Barragán”, le permite ser galardonado con el premio nacional de arquitectura en 1976.
Su mayor reconocimiento llegó en 1980 cuando se hizo acreedor al segundo Premio Pritzker, considerado el equivalente al Premio Nobel en Arquitectura.
Su gran genio creativo dejó de brillar el 22 de noviembre de 1988, cuando murió en la Ciudad de México a los 86 años de edad.
En homenaje a su legado, uno de los talleres de la Facultad De Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lleva su nombre.
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