Notimex. A 72 horas de que la exposición “Lapidarium. Venciendo fronteras” se inaugure en la Plaza de París, ubicada en la capital alemana, el escultor mexicano Gustavo Aceves supervisa personalmente la colocación de su obra.
El artista logró lo que pocos: exponer su trabajo ante la Puerta de Brandeburgo, un lugar emblemático y el más visitado y fotografiado en Berlín.
Lo hace, además, en un momento especialmente importante para la ciudad, cuando se cumplen 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial.
A partir del próximo día 2 de mayo, una veintena de esculturas equinas con la firma de Aceves estarán frente a frente con la cuadriga de cuatro caballos que transporta a la Diosa Victoria y corona la Puerta de Brandeburgo.
“Es una escultura que pretende dialogar”, explicó a Notimex el artista, cuya obra iniciará una conversación artística con el símbolo por excelencia de las diferentes facetas de la historia alemana.
La Puerta de Brandeburgo tuvo daños durante la Segunda Guerra Mundial y al mismo tiempo marcó la división entre las dos Alemanias para después convertirse en el símbolo de la reunificación y reconciliación.
La obra de Gustavo Aceves, quien busca una reflexión sobre la inmigración y la búsqueda de asilo, detalló que “esta migración está simbolizada por un caballo que navega, que es una metáfora para nosotros como mexicanos.
“El retorno de ese caballo como símbolo de millones de españoles. Ahora es un artista que regresa a Europa pero cargado de ese mestizaje. Este es el discurso que hay detrás de este proyecto”, señaló el artista.
Gustavo Aceves dijo sentirse “tocado” al haber conseguido exponer sus esculturas en un lugar tan significativo como la Puerta de Brandeburgo.
Desde un inicio tenía claro que era el espacio indicado para realizar la muestra pero era consciente de las dificultades que acarrearía hacer su sueño realidad.
“Es un golpe de fortuna haber sido invitado en esta fecha histórica, en esta semana que es tan simbólica para Alemania y el mundo, es todo un honor”, aseguró.
Atrás quedan seis años de trabajo que simplemente culminan una primera etapa de su proyecto, porque su obra se podrá ver en diversas ciudades del mundo, entre ellas, Roma, Venecia, Pekín y Londres, hasta regresar de nuevo a Ciudad de México, su lugar de procedencia.
“Esta es sólo la primera etapa, se están haciendo más caballos en bronce y mármol que se irán incorporando en cada ciudad en la que expongamos hasta llegar a los 104 caballos que estarán en Ciudad de México. Aquí en Berlín hay solo 20 esculturas equinas”, declaró.
Todos los caballos son diferentes, piezas únicas cuyo denominador común se limita a su dimensión, ya que todos ellos parten de los caballos de la Cuadriga de San Marcos.
En relación a los materiales también hay variedad, “los materiales han sido toda una aventura. Al querer intentar marcar una evolución en ese proceso, empecé el proyecto con madera y mármoles antiguos y con diferentes formas del bronce, para después pasar a utilizar materiales nuevos como el bronce blanco, porque iban de la mano con el símbolo de lo que quiere transmitir el caballo”.
El significado de la obra es especialmente importante para el escultor mexicano, que busca que el espectador reflexione.
“En la actualidad se corre el riesgo de identificar al inmigrante como un enemigo potencial. Es el problema de fondo del fenómeno migratorio, hay intolerancia y por eso muchos grupos políticos están ganando muchos votos y hay que reflexionar sobre eso antes de que sea demasiado tarde. Porque hay que tener en cuenta que no ha habido desarrollo en la humanidad sin intercambio”, apuntó.
En su recorrido por Europa le acompaña el cineasta mexicano José Botaya, con quien inició este proyecto años atrás. Su compañero prepara un vídeo con todas las imágenes de las exposiciones que se está llevando a cabo.
Se trata de un “work in progress”, un proyecto que va creciendo a medida que lo hace la obra de Aceves y cuyo resultado final será una obra videográfica que aglutine todas las muestras realizadas.
Botaya confesó a Notimex que “es complicado plasmar la obra de un autor”, aun así agradece enormemente la generosidad de Gustavo Aceves de permitirle contar con voz propia una lectura de “Lapidarium”.
“La intención será complementar el vídeo con las siguientes exposiciones, una aventura fílmica, una complicidad”, señaló.
La exposición “Lapidarium” de Gustavo Aceves forma parte de los actos “Mayo del 45, Primavera en Berlín” que conmemoran el 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Gustavo Aceves es reconocido como un artista fundamental del arte moderno, un arquitecto de formas y volúmenes cuyas obras se derivan de la observación del trabajo de distintos artistas y de una interpretación personal de diversos lugares y contextos en los que ha vivido.
Originario de la Ciudad de México, el artista reside desde 2011 en la ciudad italiana de Pietrasanta (en la Toscana italiana), lugar de gran tradición escultórica. Es un artista autodidacta cuyas obras están presentes en numerosas galerías y museos del mundo.
Su trayectoria artística incluye importantes exposiciones entre las que destacan las realizadas en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México en 1990 y en la Primera Bienal de Arte Contemporáneo en Pekín en 2008, donde ganó el único premio de la muestra.
A raíz de este premio, el Gobierno de la República Popular China lo invitó a realizar una exposición individual. En 2011 inauguró la exposición “Nombres Propios” en el Museo de Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México, una muestra basada en la tradición del muralismo mexicano en la Carta Magna de los Derechos Humanos que subraya el compromiso social de los artistas.
En 2011 fue el único artista latinoamericano que participó en el homenaje que sesenta artistas rindieron al Papa Benedicto XVI con la exposición “El esplendor de la verdad, la belleza de la calidad”.
Además, su pieza escultórica “Resurrección” fue incorporada en la Comisión Permanente de Arte Contemporáneo del Vaticano.
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