Acreditan a Epigmenio González como detonador de la Independencia

Notimex. Con el propósito de que los lectores y el público en general se acerquen de manera amable a la historia (verdadera) de México, el escritor Luis Jorge Arnau (Ciudad de México, 1956) investigó a fondo la vida de quien, desde su punto de vista, detonó el inicio de la lucha por la Independencia de México: Epigmenio González.

Epigmenio vivió en el borde de la historia oficial. Fue uno más de los muchos “segundos de abordo”, a quienes se les tiene en el olvido. “Todos recordamos los nombres de Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, pero casi ignoramos a los otros”, aseguró el escritor, quien la víspera realizó una nueva presentación de su libro “La reunión del chocolate”.

Sin embargo y de acuerdo con sus investigaciones, el tendero Epigmenio González fue el detonador de la Independencia. “Cuando se dice que la conspiración fue descubierta, en realidad lo que sucedió es que él fue capturado en su tienda, iniciando así la lucha por la Independencia, y eso, nunca se dice; hay gente que merece que le aplaudamos un poco”.

Probablemente si no lo hubieran detenido, la Independencia hubiera iniciado sus acciones el 29 de septiembre, como estaba previsto por los insurgentes. “Allende cabalgó toda la santa noche, desde San Miguel hasta Dolores, para avisar al cura Hidalgo que habían sido descubiertos. Enterado tempranito, lo primero que hizo Hidalgo fue tomar su chocolate”.

Apasionado de la crónica como género periodístico, tanto como de la historia de México, Arnau dijo a Notimex, en entrevista, que sus principales fuentes históricas las halló en la biblioteca de la Universidad de Querétaro.

Epigmenio González nació en Querétaro y tras unirse a los insurgentes y ser descubierto fue enviado a las Filipinas, en calidad de preso.

“En determinado momento terminó la lucha por la Independencia y Epigmenio seguía preso allá en las Filipinas. Se les olvidó que ahí estaba, lo que lo convirtió en el preso político mexicano más longevo que ha existido hasta ahora. La lucha duró 11 años, pero él pasó en la cárcel 15 años más, es decir 26, lo mismo que Nelson Mandela en prisión”.

Burocráticamente, el proceso se les olvidó, tanto a las autoridades de este país como de las Filipinas. “A los 26 años lo dejaron libre y se enfrentó a un nuevo problema: Cómo regresar a América. Tuvo que pasar casi un año para que le dieran un ‘aventón’ hasta acá”, añadió el entrevistado, quien recordó que Epigmenio González murió en Jalisco.

Calificada por la doctora en Historia Guadalupe Jiménez como una novela ambientada en un periodo histórico, y no como novela histórica ni como historia novelada, porque son tres cosas distintas, el volumen editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y la Ediciones paralelo 21 (Colección Artificios), ya está en librerías.

¿Su objetivo? “Poner en relieve a este actor clave en las conspiraciones que buscaron la Independencia de México y que ha sido casi borrado de todos los libros de historia. No todos los heroísmos son premiados de la misma manera ni reciben el reconocimiento y el aplauso por sus esfuerzos. Tal es el caso de este personaje que hoy salta a la luz pública”.

Una vez sentenciado lo anterior, el entrevistado participó en la mesa redonda “La historia novelada o la novela histórica: La reunión del chocolate” en torno a la obra donde narra las reuniones de conspiración por la Independencia, los últimos años del Virreinato, los primeros de una nación, y los amores y conflictos entre personajes que hoy se veneran.

Todo eso, desde las vivencias de Epigmenio González, personaje imprescindible en esas reuniones, cuya aprehensión detonó la guerra de Independencia. “El chocolate era el alma de esa época, pues lo tomaban ricos y pobres, hombres y mujeres, niños y adultos, por eso, humeante, esa bebida siempre estuvo presente en las reuniones que forjaron la patria.