Caravana de lectura recorre comunidades en todo el país

Notimex. Con cientos de tomos en exhibición y el gusto por conocer a gente y costumbres de todo México, los libreros que componen las caravanas de lectura recorren las 32 entidades del país llevando cultura a todas las comunidades, por más alejadas que estén.

Las caravanas, que pueden estar conformadas hasta por 20 carpas o puestos con libros, se presentan en festivales de lectura organizados por promotores culturales o librerías establecidas que buscan impulsar la cultura.

Entre libros infantiles o especializados, enciclopedias de arte y medicina, comprando o vendiendo bibliotecas completas, estos hombres y mujeres recorren con gusto ciudades como Monterrey y Guadalajara, Tlaxcala o Puebla, así como pequeñas poblaciones o municipios pujantes como Tlanepantla y Texcoco, en el Estado de México.

Este es un trabajo que deja muchas satisfacciones, señala en entrevista con Notimex Mauro Hernández, quien lleva 10 años recorriendo con su amplio puesto de libros todos los estados del país.

“Empecé cuando tenía 18 años y hemos estado en muchos sitios, desde Guanajuato hasta Puebla o Playa del Carmen, en Quintana Roo, en casi todos los estados de la República”.

Detalló que “una caravana de lectura es igual que un circo, viajamos todos juntos, cada quien trae su carpa, llegas la montas y estás una semana o quince días, dependiendo del festival y luego nos vamos a otra población”.

Explicó que la logística “es buscar sitios cercanos entre ellos porque es muy caro andar llevando los libros” de un lado a otro.

El librero consideró que el hábito de la lectura ha mejorado en los últimos años en nuestro país, “incluso las estadísticas afirman que hace algunos años los mexicanos leíamos medio libro en promedio, ahora ya leemos dos”.

“Hay ciudades donde se lee más como Guadalajara, Puebla, Guanajuato o Texcoco, en el Estado de México, donde leen poesía y los lectores buscan temas prehispánicos, creo que ahí sigue vivo el espíritu de Nezahualcóyotl”.

En esa población conurbada al Distrito Federal, piden poesía náhuatl y de raíces históricas, resaltó.

Dijo que por el contrario, en algunas otras poblaciones no se lee, “por ejemplo en la delegación Iztapalapa, del Distrito Federal, no son muy afectos a la lectura”.

Respecto de los temas más leídos comentó que ello depende de la ciudad, “en Puebla y Guanajuato la gente busca biografías del Papa o libros con temas religiosos, lo que no sucede en el Distrito Federal”.

Con licenciatura en Escritura Creativa por parte de la Sogem, indicó que la literatura es su pasión, sobre todo la poesía.

Por ello tengo mi propia biblioteca, “por lo que guardo primeras ediciones de los poetas que han ganado premios como Carlos Aura y Francisco Hernández, y el libro que más aprecio es el de Aullido del Cisne, de Mario Santiago Papasquiaro, que es una primera edición”.

Anotó que se especializa en la venta de libros de filosofía y sicología, “es como nuestro hit, porque también nos damos cuenta de que la competencia es fuerte. Se vive bien si le echas ganas, abriendo temprano el puesto”.

Otra cosa importante para mí es el ambiente en el que te desarrollas. “Conversar con gente a la que le gusta leer y puedes estar intercambiando puntos de vista es interesante”, enfatizó.

Ángel Rodríguez Alamilla, promotor cultural y organizador de encuentros de lectura en esta capital, indicó que los festivales reúnen en ocasiones a más de 20 libreros y diversas editoriales.

La presencia de las editoriales en este tipo de eventos también es importante, “en el reciente festival que organizamos estuvieron presentes editoriales como Trillas, Alfa-Omega, Diana, Lemus, Editores Mexicanos”.

Destacó que en las caravanas de lectura también se pueden encontrar libros de colección, “cuentos infantiles, ciencia, no están enfocadas en un sólo tema, y se venden a precio económico”.

Coincidió en que el hábito de lectura del mexicano ha mejorado en los últimos años.

“Nos hemos dado cuenta que a los niños sí les gusta leer, les llama la atención, siempre y cuando se interactúe con ellos, pues eso los motiva más”, enfatizó Rodríguez Alamilla.

Recomendó a los padres regalar un libro clásico como El Principito, “yo acabo de ser papá y aun mi bebé estando en el vientre de mi esposa ya se lo contaba, y ahora se lo leo con mucho gusto y a él le encanta”.