Por: David Noceda.
Contacto: david.noceda@hotmail.com
En el 2013, el periódico Excélsior hizo una investigación sobre el wannabinismo o lo que comúnmente se denomina, la “cultura wanna be”. En este reportaje, criticaron fuertemente la falta de programas educativos por parte del Gobierno Federal para detener la creciente narcocultura en los jóvenes mexicanos. El texto era interesante y abría el debate de lo que sucede con nuestra sociedad en temas como la ambición del poder.
El poder en términos prácticos, es la capacidad de llevar a cabo una acción, sin embargo en política o en economía el significado puede variar. La sociedad mexicana parece que durante los últimos años, ha arraigado la idea del poder con dinero o violencia (cosa que no es del todo errónea). Con el creciente flujo de capitales ilícitos en todo el país, la corrupción ha ido desgastando la estructura que mantiene en funcionamiento al sistema, estructuras económicas, sociales, políticas y culturales. Ante semejante desgaste, todo indica que la narcocultura se expande en las clases sociales medias y bajas, dando cabida a nuevos contextos que alteran la interacción cotidiana de las personas.
En este contexto sucede también algo particular, los “Juniors” en la política, otra forma del wannabinismo. Jóvenes de entre 18 a 27 años que difunden por las redes sociales su capital económico, sus influencias familiares, sus cargos públicos e incluso sus derroches financieros en el extranjero o en el mismo interior de la república.
Respecto a esta variación del wannabinismo, el periódico Sin embargo plantó desde hace unas semanas la semilla de la preocupación en todos nosotros por este tema. En la nota aterrizaron la realidad que vivimos y esta futura clase política que en los próximos años ocupará algún cargo público. En esa nueva élite sin atributos intelectuales ni mucho menos sociales, tenemos a los hijos de una lista interminable de figuras públicas como Videgaray, Obrador, Colosio e incluso en Puebla (sin ser hijos biológicos) contamos con los líderes estatales de diversos partidos que se dedican únicamente a presumir o intimidar a los militantes activos su “influencia política”.
Sin caer en nombres, puesto que sería una pérdida de tiempo para los lectores, si es importante mencionar que en los días pasados, grupos juveniles de los tres partidos políticos más importantes en el estado iniciaron reuniones para ejercer un contrapeso en las decisiones del gobierno estatal. Al mismo tiempo, militantes de los tres partidos señalan que el objetivo o la meta es el 2018 con el Gobernador Rafael Moreno Valle, una contradicción que nos habla que la mayor parte de estos supuestos “líderes” juveniles son juniors sin talento ni capacidad crítica para resolver los problemas más serios que enfrenta nuestro país.
Con esta nueva élite de jóvenes que intimidan o prometen cosas sin fondo a los verdaderos interesados en mejorar nuestro entorno, es con la que viviremos los próximos años. Una realidad ALARMANTE, inhumana y lacerante en todos los sentidos posibles para la administración pública. Es por eso que quizá debamos pensar más detenidamente a quién apoyamos y de dónde viene, si es que su familia lo puso como candidato o qué antecedentes tiene para llegar a ocupar dicho puesto. Preguntas que tal vez molesten a muchos de estos “talentos de casa”, que nunca han emprendido una actividad política, social o económica por su propia cuenta, jóvenes sin preparación más que el renombre de sus colegios o las influencias de algún amigo por el que tuvieron que hacer algo chueco.
En lo particular, les dejo abierta la mesa para poner más cartas y tumbar aquellas que verdaderamente nos insultan como ciudadanos. Es una vergüenza que ahora el sector más importante de la sociedad, sea igual de moldeable y corrupto que los viejos grupos que no sueltan el poder por sus propios intereses. Es momento de poner en el foco a esos hostigadores de la juventud y castigarlos severamente con el destierro político para que no contaminen más el ambiente, pero al final dependerá de la decisión mayoritaria, si no caminaremos mancos por muchos años y esos años pueden ser CATASTRÓFICOS.
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