Arranca ciclo “Sexo, erotismo y censura en el cine sueco. 1950-1970”

Notimex. Con una charla en torno a la percepción de la cinematografía de Suecia, el Presidente de la Fundación Ingmar Bergman, Jan Holmberg, inauguró anoche el ciclo “Sexo, erotismo y censura en el cine sueco. 1950-1970”, en la Cineteca Nacional.

Ante el aforo de la Sala 7 “Alejandro Galindo”, el historiador de cine reflexionó sobre el folclor de la sociedad sueca, a la que se le ve entre dos paradojas: la depresión y el sexo libre, y cómo es que el término sueco fue utilizado como un adjetivo dentro de la industria pornográfica durante décadas.

Frente a estos mitos, expuso, los encargados de la imagen de Suecia han hecho todo lo posible para que tanto en el interior como en el exterior, se sepa que este país ocupa los últimos lugares en materia de suicidios, tiene bajos niveles de enfermedades de transmisión sexual y que los embarazos en adolescentes son pocos.

En materia cinematográfica, dijo, las películas con contenido erótico tuvieron cabida entre las décadas de los 50 y 60, aunque en un principio no fueron pensadas para el mercado internacional.

“El éxito que lograron fue algo que no se había visto desde la era del cine mudo y la película que empezó con todo esto fue ´Un solo verano de felicidad´, en la que aparece una escena de desnudo en un baño”, expuso.

Aunque puntualizó que hoy en día ese tipo de escenas no causa el furor de aquel entonces, explicó que para aquella época resultaba desagradable e incluso ofensivo para instituciones como la Iglesia.

De aquella época mencionó otros títulos que llamaron la atención por su “alto contenido sexual”, como “Un verano con Mónica” (1953), de Ingmar Bergman, un retrato de la felicidad, fundada en la armonía (tanto social como erótica y sexual) de una adolescencia desilusionada ante un destino incierto.

Lo que causó el furor de esta cinta fue que aparecía una chica nadando desnuda, por lo que algunos distribuidores, en su afán de llamar la atención del público, decidieron cambiarle el nombre a “Mónica, la historia de una chica mala”.

Ante las risas del público, en su mayoría jóvenes entre 18 y 30 años, Holmberg comentó que muchas veces, en Estados Unidos, por ejemplo, les cambiaban los títulos por otros dudosos y que tenían poco o nada que ver con los originales.

De hecho, dadas estas circunstancias el detonante fue que se pensara que era pornografía y que exhibidores y distribuidores fueran detenidos y multados.

En una ocasión, relató, un juez determinó que la película “Mónica” le gusta a potenciales asesinos sexuales. “El crimen está aumentando y la gente se pregunta por qué, esta es una de las razones”.

La censura no sólo fue en el extranjero: Estados Unidos, Alemania, Argentina y Uruguay, entre otros países, sino también en Suecia, donde una revista cristiana, cuyo articulista no había visto la cinta pero había leído lo suficiente, expresó que “no sólo mostraba escenas de intimidad sino también otras abominaciones, tales como el autoabuso de una chica”.

Frente a esta perspectiva, indicó que hoy en día cuando se aprecien las cintas, el público se dará cuenta de que no se trata de “pornografía”, sino de escenas tabúes de una época.

Las proyecciones del ciclo inician hoy con “Un solo verano de felicidad”, que dirigida por Arne Mattson y protagonizada por Ulla Jacobsson, narra el romance entre Göran y Kerstin en un ambiente represor.

El ciclo lo completan “Un verano con Mónica”, “El maniquí”, “El silencio”, “491”, “Parejas amantes”, “Adorado John”, “Juegos nocturnos”, “El fuego”, “Las chicas”, “Soy curiosa: amarillo” y “Soy curiosa: azul”.