Notimex. Estudios de fechamiento, realizados por el método de carbono 14, mediante extracción de colágeno, determinaron que restos encontrados en el sitio arqueológico Rancho Santa María II, en el municipio de Galeana, Chihuahua, datan de 1100-1200 años a.C.
Dicho resultado deriva del estudio de tres microscópicos fragmentos de diente de un joven de 12 a 15 años de edad al morir, cuyo esqueleto fue descubierto en ese sitio arqueológico, lo cual los ubica como los restos humanos más antiguos del estado.
El arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Emiliano Gallaga Murrieta, recordó que el entierro que data del periodo Arcaico Tardío, fue hallado en la región de Casas Grandes, el verano pasado, mientras realizaba una inspección de superficie en las llanuras de las partes bajas de la Sierra Madre Occidental.
El esqueleto, detalló, se encontró casi sobre la superficie, sin ofrenda, bocarriba y con las piernas flexionadas a la izquierda.
En un primer análisis hecho por el antropólogo físico Moisés Alejandro Villa Zamorano, se corroboró que corresponde a una persona joven, de entre 12 y 15 años al momento del fallecimiento, cuyo sexo aún no es posible identificar.
Tampoco se cuenta con la filiación étnica del individuo; sin embargo, las características de sus dientes, del tipo “pala”, son referente físico de los grupos amerindios que ingresaron al continente americano por el Estrecho de Bering, precisó.
Luego, abundó, se realizaron estudios de fechamiento en los laboratorios especializados en dataciones por radiocarbono Beta Analytic, en Estados Unidos, por el método de carbono 14 mediante extracción de colágeno, que los ubica como los más antiguos del estado.
Ello porque aunque antes se habían encontrado vestigios arqueológicos más añejos en Chihuahua, se trataba de artefactos de piedra y no de restos humanos.
El arqueólogo, quien hizo el hallazgo, recordó que entonces fueron localizadas 370 puntas de proyectil fabricadas en basalto, obsidiana, sílex, pedernal y riolita; 75 de ellas están completas y 294 son fragmentos, con antigüedades que van del 8000 antes del presente, al 800 d.C., y corresponden a 30 tipos diferentes de puntas.
Entre los que mencionó Midland (8700–8500 a.C.), Milnesand (8200-7200 a.C.), Plainview (8150-8000 a.C.), San Pedro (1500-1000 a.C.-300 d.C.), Abasolo (5000-3000 a.C.-500 d.C.), Pandora (2500-600 a.C.) y Refugio (2500-600 a.C.).
Gallaga Murrieta destacó que muchos de los tipos de puntas de flecha hallados, como Dátil, Abasolo, Axtell, Darl o Desmuke, habían sido identificados en el suroeste de Estados Unidos; sin embargo, para Chihuahua no se tenían reportes escritos.
También se localizó gran cantidad de material de desecho de talla en piedra, como percutores, núcleos y fragmentos de rocas pulidas por la mano humana (en total más de 17 mil piezas).
De acuerdo con el especialista, la variedad de herramientas y la cantidad de artefactos de desecho son indicadores de que el sitio estuvo ocupado por el hombre durante un largo periodo.
“Todo indica que se trata de un campamento establecido por grupos de cazadores-recolectores alrededor del periodo Paleoindio, un tiempo en el que seguramente la presencia humana ya era estable dentro de estos territorios y donde los grupos humanos de diversas épocas regresaron a trabajar la piedra, es decir que fue reutilizado constantemente para la manufactura lítica hasta el Arcaico Tardío/Precerámico”.
En el sitio se descubrieron además 10 hornos del periodo Arcaico, que consisten en concentraciones circulares de piedras fragmentadas por acción del fuego.
El entierro es contemporáneo a otro sitio arqueológico muy importante de Chihuahua, donde se encontraron los rastros de polen y maíz, hasta el momento más antiguos del estado, conocido como Cerro Janaqueña (1300 a 1100 a.C.), ubicado a 100 kilómetros de Santa María II, en el municipio de Janos.
En dicho lugar se descubrieron puntas de proyectil de tipos similares a los de Santa María II, por lo que es posible que ambos sitios hayan interactuado.
Cabe destacar que durante los recorridos de superficie en el municipio de Galeana, el especialista del INAH descubrió otro sitio arqueológico de menor antigüedad que el anteriormente descrito, denominado Rancho Santa María I, donde encontró grandes cantidades de lítica prehispánica de finales del periodo Arcaico (200 d.C.), como puntas de flecha de obsidiana, machacadores y manos de metates, así como fragmentos de cerámica vidriada gris, verde y café de la época colonial, y porcelanas del siglo XIX.
Lo anterior lo lleva a suponer que el asentamiento Rancho Santa María I fue un área habitada, posiblemente una posta o ranchería cercana al Camino Real que conectaba Chihuahua con Nuevo México, y que este ramal comunicaba con el Presidio de Janos, uno de los puntos más importantes donde se establecieron militares españoles para la defensa de lo conquistado espiritual y materialmente por los misioneros franciscanos en la región.
No obstante, los estudios del material hallado continúan en proceso, en busca de que ayuden a entender mejor el desarrollo cultural de la región y a afinar las temporalidades de los asentamientos humanos en el estado.
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