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En los últimos días, la fiebre de los candidatos independientes se multiplicó al interior de los partidos políticos por el triunfo de El Bronco en Monterrey. Los destapes para el 2018 han comenzado y todo apunta a que algunos políticos olvidados renacerán para competir por algún cargo público. Durante el fin de semana, sorprendieron los videos de Ricardo Anaya y Margarita Zavala anunciándose como candidatos a la presidencia del PAN y a la presidencia de la República.
Para la mayor parte de los analistas políticos, los videodestapes son evidencia del deterioro a nivel interno que sufre el PAN desde la llegada de Gustavo Madero. El actual dirigente, se ha caracterizado por su incapacidad de concretar acuerdos que beneficien a la estructura panista y por su falta de liderazgo ante el partido o los ciudadanos.
Desde su llegada al cargo en el 2010, los principios doctrinarios de Acción Nacional (modificados por última vez en 2002) han recibido atropellos por parte de los mismos miembros o por figuras externas que aprovecharon la debilidad política del partido para participar en diferentes comicios con una bandera azul. La crisis sin lugar a dudas, corresponde en su mayor parte a Gustavo Madero, quien se ha mostrado reacio a permanecer en su puesto pese a los pésimos resultados electorales.
Por si fuera poco, los casos de corrupción y tráfico de influencias han generado que la figura de éste vaya en declive ante la ciudadanía, cosa que parece importarle poco. Tras los resultados negativos del 7 de junio, parecía lógica la renuncia de Madero, sin embargo su arrogancia y su necedad dan muestra de que la negociación personal va más allá de lo que imaginábamos.
Son conocidos pero también alarmantes los diferentes pactos entre Madero y Moreno Valle para controlar la elección del 2018, pero ¿hasta qué punto una figura roída como la del dirigente panista podrá garantizar el triunfo que conlleve al retorno del blanquiazul a Los Pinos?
En el mismo escenario, la precandidatura de Margarita Zavala tal vez como candidata independiente, deja huérfanos a los panistas de cuna que se entregaron y creyeron por completo en el grupo calderonista. La gran interrogante será si la esposa del ex presidente podrá construir una nueva imagen e incluso configurar una estructura a modo que le facilite acceder al poder sin colgarse de la administración pasada. No queda duda que la aspirante lanzó una advertencia al CEN del PAN, pero del mismo modo, fue una decisión irresponsable culpar sólo a una persona de los resultados cuando gran parte de la debacle se debió a Felipe Calderón Hinojosa.
Gustavo Madero es un político que huele a muerto y podría apestar el proceso electoral del 2018 si los miembros de su partido se lo permiten. Resultaría un desastre su candidatura frente al grupo priista que ha logrado reorganizarse y recuperar el voto duro. Somos espectadores de la muerte anunciada de un partido de oposición que marcó la historia de nuestro país por su lucha contra el autoritarismo y la corrupción; hoy sólo quedan rastros o el esqueleto de un ente político que se transformó en un satélite más del PRI donde ni siquiera sus propios integrantes desean continuar.
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