Redacción. 120 niños, jóvenes, adultos y ancianos procedentes de Atoyac de Alvarez, Guerrero –en su gran mayoría son familiares de desaparecidos y asesinados en Guerrero desde los años 1970 hasta la fecha–, llegaron a la Ciudad de México dentro de la caravana “El Rocío de la Esperanza”.
Exigen justicia ante la muerte de la dirigente campesina Rocío Mesino Mesino, asesinada el 19 de octubre del 2013.
La caravana es encabezada por los padres de Rocío Mesino, Hilario Mesino Acosta y Alicia Mesino Castro, y por la hermana de Rocío, Norma Mesino, quien denunció que “no hay avances en la investigación” del homicidio ni tampoco se han instrumentado las medidas de protección para la familia de la activista e integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS).
“Nuestro estado de Guerrero es rico en naturaleza, pero su población es muy pobre y hoy no se habla de la violencia que todos los días enlutece los hogares; hay una gran lista de desaparecidos y una gran crisis de impunidad. Somos los familiares de los desaparecidos desde la década de 1970; somos la continuidad y aquí seguimos a pesar de toda la represión.
Los riesgos le cobraron la vida, pero Rocío Mesino defendió y estuvo siempre al frente de las necesidades de los pueblos”, resaltó su hermana Norma Mesino desde la Casa Talavera en el centro histórico, donde paró este mediodía la caravana.
Dijo que Rocío y las mujeres estaban construyendo un puente provisional luego de que las comunidades quedaron incomunicadas por el paso de los huracanes “Ingrid” y “Manuel” en septiembre del 2013.
En ese puente que estaban construyendo, ahí la asesinaron, a plena luz del día, en presencia de mi madre y mis hermanos y su asesinato no fue un crimen común, señaló su hermana Norma. Afirmó que la muerte de Mesinos se suma a los homicidios de 13 activistas de la Costa Grande como Eva Alarcón, y a la desaparición de los 43 normalistas rurales de Ayotzinapa, “por eso venimos a exigir justicia”.
José Antonio Guevara titular de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), comentó que la caravana “es una oportunidad para honrar a defensores como Rocío Mesinos y para hacer públicas las exigencias de justicia, ante la impunidad absoluta y una investigación inexistente para dar con los responsables materiales e intelectuales.
El asesinato –de Mesinos– pudo cometerse porque no hay un solo condenado por las múltiples desapariciones forzadas, masacres, detenciones ilegales y arbitrarias, dijo el defensor.
Guevara reclamó que pese al ordenamiento del sistema interamericano de otorgar medidas cautelares para garantizar la seguridad de la familia de Rocío Mesino tras su asesinato, “las medidas no han sido cumplidas plenamente”.
En los últimos tres años Guerrero ha presentado los más altos índices de violencia e impunidad en contra de defensores humanitarios, alertó Guevara. “El gobierno mexicano está en el escenario en el que tienen que tomar una decisión sobre cómo van a enfrentar la impunidad.
Hay un cuadro patológico de este tipo de prácticas en el país pero es un problema que venimos acarreando desde hace muchos años y se han cometido muchos abusos. Cómo demonios van a enfrentar la impunidad cuando las autoridades no son capaces de llevar a juicio a los responsables.
En el caso de los militares ya vimos que este gobierno no va a permitir que se enjuicie a sus soldados y vemos que las procuradurías no tienen la voluntad para llevar a juicio a nada.
Los mexicanos no hemos podido romper con esta cadena de impunidad y es el momento en que se deben tomar ya las decisiones”, subrayó.
En este sentido, la elección de dos nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es muy importante en este momento del país, advirtió Guevara, porque la SCJN “es el único órgano que puede ayudarnos a romper con todas la barreras que impiden el enjuiciamiento de los responsables de violaciones graves a los derechos humanos.
Se necesitan personas especialistas en Derecho, que no tengan una agenda política partidista, que no sean ‘cuates’ del Presidente, ni estén cubriendo cuotas de los partidos políticos para ocular esos puestos”.
También tema aparte, Tita Radilla, comentó que la familia había solicitado desde el año pasado que las autoridades impulsarán una recompensa para dar con el paradero de su señor padre Rosendo Radilla, porque “creemos que hay personas que deben saber dónde está Rosendo y quiénes son los responsables; por ello llamó a quien sepa algo a que hable, que se diga la verdad, no sólo en el caso Rosendo sino de todos los casos de campesinos, maestros y estudiantes que ha desaparecido; estamos buscando también a todos los demás”.
Al actual gobierno “le demandamos justicia por los hechos que han ocurrido, por los desaparecidos, por los masacrados que permanecen en total impunidad”, finalizó Radilla.
(Con información de MVS).
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