Notimex. Religión, el exilio español, literatura, su primer acercamiento a las letras y el amor, fueron los temas que las escritoras Elena Poniatowska y Almudena Grandes, abordaron en el último día de actividades de la Feria Internacional del Libro del Zócalo de la Ciudad de México.
Fue la española Almudena Grandes, quien arrancó su participación con un agradecimiento y externó que era un privilegio encontrar una forma de escribir, “satisfacer la ambición literaria y cumplir una ambición moral”.
La también Premio Sor Juana Inés de la Cruz se refirió a la literatura, como un “tema que requiere tiempo y que a su vez, produce análisis de la realidad, mucho más profundo y sutiles que el cine, pero no tiene la capacidad del séptimo arte de captar instantáneamente lo que pasa”.
La autora española comentó que desde pequeña quiso ser escritora y a muy temprana edad comenzó a leer, por lo que el origen de su vocación literaria estuvo siempre en la lectura.
Recordó que lo primero que escribió fue un cuento cuya historia versa sobre una niña que se pierde y es adoptada por unos gitanos, quienes tras un tiempo la toman como su hija, cuando en realidad ese pequeña es en verdad su hija perdida de años.
“La literatura consiste en ajustarle las cuentas a la realidad, es un arma para obligar a la realidad a ser más justa y cobrarte las deudas de los desdichados y obligar al destino cometer la justicia de los libros que en la vida no existe”, mencionó.
Grandes Hernández reflexionó sobre el significado de la literatura y el periodismo de ficción, y consideró que “la escritura simple representa hoy un compromiso con la realidad”.
También, comparó a la literatura como el sudario que tejía Penelope, en la Odisea, “quien todas las noches tejía y todas las mañanas había destejido lo que había tejido y la literatura es exactamente eso, es la vida que se reinventa”.
A su vez, Elena Poniatowska rememoró que “son españoles a quienes les debemos el Ateneo Español, y a quienes nos enseñaron una nueva manera de ser mexicanos porque les debemos nuestra educación, cultura, la pintura porque fueron grandes maestros, todo un mundo”.
La Premio Cervantes de Literatura 2013, aseguró que su incursión en la letras se debió al periodismo y reveló que a diferencia de Grandes, no tuvo vocación tan definida.
Asimismo, mencionó que su llegada a México siendo una niña, resultó una “bendición”, porque fue en este país donde aprendió el español, andar en la calles.
Agradeció que en su infancia no existiera la televisión, pues fue como conoció la magia de un libro.
“En mi época leía periódicos, había diarios con los que crecí y se enseñaban muchas cosas, entre ello, a cantar y todo eso fue para mí un acervo enorme y que en México recuperé un poco”, recordó.
Minutos antes de su presentación, Poniatowska y Grandes arrancaron su charla con la confianza de que pronto volverán a ver a los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, al tiempo que se solidarizaron con los familiares.
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