Presentaron ‘Cartas del obispo de Puebla a Juana Inés de la Cruz’ en Biblioteca Palafoxiana

Foto: Antonio Zamora

Por: Antonio Zamora.

Una serie de cartas con las que el entonces obispo de Puebla ‘Sor Filotea’ mantuvo comunicación de 1691 a 1692 con Juana Inés de la Cruz conforman el libro ‘Sor Filotea y Sor Juana. Cartas del obispo de Puebla a Juana Inés de la Cruz’, presentado este jueves en la Biblioteca Palafoxiana de la ciudad de Puebla.

El autor Alejandro Soriano Vallés, junto a Jesús Joel Peña, experto en el tema, fueron los encargados de encabezar la presentación donde especificaron que estas cartas son parte del acervo de la propia Biblioteca Palafoxiana por lo que por primera vez estarán reunidas en un libro.

Ante un buen número de asistentes, Soriano Vallés dijo que esta bibliografía ayudará a entender más a fondo lo que fue la relación entre el entonces obispo poblano Manuel Fernández de Santa Cruz, bajo el seudónimo de Sor Filotea de la Cruz; y Sor Juana Inés de la Cruz, y a su vez de ésta con la iglesia.

“Este libro es un estudio sobre las cartas que Sor Filotea de la Cruz le mandó a Sor Juana durante un año con el que buscamos profundizar en en conocimiento de esta relación y también la de la escritora con la iglesia católica”, comentó.

La Respuesta a Sor Filotea de la Cruz fue escrita por Sor Juana Inés de la Cruz en marzo de 1691, como contestación a todas las recriminaciones que le hizo el obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, bajo el seudónimo de Sor Filotea de la Cruz. No fue publicada hasta 1700, en Fama y obras póstumas del Fénix de México (Madrid: Manuel Ruiz de Murga).

Cabe destacar que según algunos autores, en estas cartas el obispo le recalcaba a Sor Juana que ninguna mujer debía afanarse de la iglesia por aprender de ciertos temas filosóficos. Por lo que en su defensa, Sor Juana contestó también por medio de cartas donde justificaba su vasto conocimiento como complemento necesario para entender y aprender de las Sagradas Escrituras.

En estos textos, publicados hasta 1700, Sor Juana empleó un estilo que en momentos adopta la forma de memorias, luego evoluciona al alegato y finalmente a la exposición de ideas donde generalmente el lenguaje era llano.