México sube gasto educativo, pero sigue lejos de media de OCDE: estudio

Agencias. México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que menos gasta por cada estudiante, a pesar de que elevó los presupuestos destinados a la educación del 4,4 % del PIB en el 2000 al 5,2 % en 2012, en un esfuerzo similar al promedio de las naciones que integran el organismo, revela el estudio “Panorama de la Educación 2015”.

En videoconferencia desde París, Gabriela Ramos, consejera especial del Secretariado General de la OCDE, detalló que el gasto total de México por estudiante es uno de los menores entre los países del organismo; en 2012, nuestro país invirtió 2 mil 600 dólares por estudiante de primaria, 3 mil por cada uno de secundaria y 8 mil 100 dólares por cada alumno de educación superior (el presupuesto promedio otorgado pos las naciones de la OCDE por alumno en dicho periodo fue de 8 mil 200, 9 mil 500 y 15 mil dólares, respectivamente).

México, insiste la OCDE, destina el mayor porcentaje de su gasto en educación a la remuneración de los docentes. En 2012, casi 81% del gasto actual en los niveles de primaria y secundaria se usó para pagar el salario de los maestros (el promedio de la OCDE fue de 62%). En educación superior, se destina cerca del 62% del gasto actual para el sueldo de los profesores (el promedio de la OCDE es 40%).

Cuestionada sobre los reclamos por la persistente existencia de los llamados “aviadores” que viven del presupuesto educativo, Ramos señaló que “eso es lo que se está tratando de hacer; de recomponer todo un sistema que evite ese incentivos que evite que exista todo ese tipo de extremos tan nocivo para el sistema educativo. Esto se tiene que atender, –enfatizó Ramos– se está haciendo un gran esfuerzo por seguir incrementando los recursos que se dediquen a la educación. En la forma en cómo se administran esos recursos, en la medida en que se dediquen mas recursos para escuelas en desventaja, para la infraestructura educativa, para que haya incentivos para los buenos maestros que puedan acceder a mejores salarios, en ese sentido, tendrás mejores resultados en el sistema educativo. Ese es el sentido de la reforma educativa: tratar de eliminar a los ‘aviadores’, en tratar de eliminar a las personas que no están comprometidas con la educación y que, sin embargo, están inscritas en sus registros”.

De los recursos totales que México destinó a la educación en 2012, sólo 2.5 por ciento fue invertido en construcción, rehabilitación o mantenimiento de los centros escolares), cuando economías como la brasileña, colombiana o portuguesa otorgan un promedio de 7.1 por ciento para ese rubro.

En ese rubro, Ramos consideró “positivos” los bonos para la infraestructura educativa (que con 50 mil millones de pesos permitirán a la Secretaría de Educación Pública construir, rehabilitar y equipar al menos 35 mil centros de educación básica, media superior y superior en el país).

“Son una forma inteligente de tratar de apalancar el financiamiento para la infraestructura educativa; es inteligente que se haya hecho en avanzar, en infraestructura como tal, a través de mecanismos innovadores para incidir en la conectividad, en el acceso o la buena calidad en infraestructura. El presupuesto público no es ilimitado y, en la medida que se pueda complementar, es un mensaje positivo”, explicó.

El “Panorama de la Educación 2015” de la OCDE también señala que del 2005 a 2012, la población de mexicanos de 25 a 34 años que habían alcanzado la educación media superior creció de 38 a 46 por ciento, pero si bien hay un incremento, México está lejos del promedio de la organización que es de 83 por ciento. Además, sólo uno de cada tres adultos de 25 a 64 años de edad terminó el bachillerato.

Por otra parte, el reporte destaca que el número de jóvenes de 15 a 19 años que se encuentran estudiando pasó de 48 a 54 por ciento entre 2005 y 2013; aun así, México fue el país donde menos de 60 por ciento de sus muchachos entre los 15 y los 19 “estaban inscritos en el sistema educativo’’.

El total de jóvenes que no estudian ni trabajan, aumentó del 2012 a la fecha en México, señala el reporte a destacar que pasó del 22% al 25% el porcentaje de la población sin ocupación laboral ni escolar.

En los números de la educación terciaria, la OCDE advierte que sólo una de cada cinco personas de 25 a 64 años, y una de cada cuatro de 25 a 34, tienen un título universitario, lo que hace que el porcentaje de mexicanos con educación superior, si bien creció de 17 a 25 por ciento entre 2000 y 2014, aún este lejos del promedio de la OCDE, que pasó de 26 a 41 por ciento en el mismo periodo.

“En México se espera que 38 por ciento de los jóvenes ingresen a la educación superior en el transcurso de su vida; el promedio de la OCDE es de 67 por ciento. Se estima que cerca de 4 por ciento de los jóvenes mexicanos obtendrán un título de maestría (el promedio de la organización es de 22) y que menos de uno por ciento completará un programa de doctorado (promedio 2 por ciento)”, apunta la OCDE.

Sólo 28 mil estudiantes mexicanos concluyeron estudios en el extranjero en 2013, la mitad de ellos en los Estados Unidos. Esto representa 0.8 por ciento, menor al promedio de la OCDE (1.6). En contraste, apenas 8 mil extranjeros llegaron a estudiar a México en el mismo periodo.

Las mujeres, agrega la OCDE, “están representadas de manera equilibrada en todos los niveles de educación terciaria. Fueron la mitad de graduados en doctorado en 2013, y una tercera parte de (los estudiantes de) ingeniería, manufactura y construcción. Cinco puntos porcentuales por encima de la OCDE”, remarcó.

Todo ello impacta en el mercado laboral, porque los adultos con un nivel educativo más alto tienen más probabilidades de estar empleados que los adultos con menos educación, considera la OCDE.

Las tasas de empleo son de 5 a 9 puntos porcentuales más altas para los adultos con educación terciaria que para los adultos con sólo educación media superior. La diferencia se dispara hasta superar los 10 puntos entre quienes tiene una educación terciaria y los que están por debajo de la educación media superior, se destaca en el informe de la OCDE.