EFE. Los indígenas mixes de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, defienden el “legado cultural intangible” de los bordados de su huipil (blusa) reproducidos por la diseñadora francesa Isabel Marant.
El bordado “tiene que ver con una cosmovisión particular; en eso tangible se refleja lo intangible”, explicó a Efe Fidel Pérez Díaz, segundo regidor de educación y cultura de Santa María Tlahuitoltepec, en el sureño estado de Oaxaca.
Esta comunidad indígena de 10 mil habitantes rompió el silencio ante los rumores de que una empresa francesa poseía una patente legal por los bordados que los obligaría a pagar derechos de autor por fabricar las blusas que bordan hace casi 400 años.
Después de que la diseñadora Marant incluyó blusas con diseños mixe en su colección, la empresa Antik Batik la llevó ante los tribunales al asegurar tener la patente de estos estampados.
Durante el juicio en Francia, Marant reconoció el origen mixe de sus estampados y además retiró las blusas de los aparadores, donde se vendían a unos 290 dólares (unos 4 mil 785 pesos mexicanos), casi diez veces más que el valor que la original tiene en la comunidad.
Fidel Pérez, miembro del cabildo de esta comunidad del norte de Oaxaca, definió al huipil tradicional, que las mujeres elaboran a mano, como “un bien colectivo” del pueblo mixe que debe de ser defendido y protegido.
“Los bordados (estrellas en el frente de la blusa y en los puños de las mangas) están en correspondencia con el modo y la forma en vivimos, en la relación con la madre tierra”, dijo Pérez.
Carmelitana Vázquez, primera regidora de asuntos educativos y culturales de Tlahuitoltepec, defendió el derecho de la comunidad a vender sus huipiles y a recibir los beneficios por ello.
“Se deben vender, pero debe ser la confección, las ganancias, las atenciones para el pueblo mixe, no para otra persona, no de otras empresas”, comentó en una entrevista telefónica con Efe.
La cantante mexicana Susana Harp denunció este año el plagio de los diseños mixes por parte de la modista francesa, luego de detectar en una tienda de Estados Unidos una blusa prácticamente idéntica al huipil que usan las mujeres de esta comunidad.
“Vi la tienda y a lo lejos el huipil, la cara me cambió cuando vi la etiqueta: me puse verde. Había otras, un vestido donde se habían retomado los mismos bordados”, comentó a Efe Harp, una defensora de las tradiciones de Oaxaca, estado del que es originaria.
Harp, que recopila la historia musical de Oaxaca, destacó la riqueza de los diseños utilizados por los indígenas de su estado y también de Chiapas, en el sureste del país.
“Oaxaca y Chiapas son los lugares más prolíficos en bordados en México”, señaló sobre la enorme variedad de huipiles que hay en estos estados.
La intérprete alertó que el plagio realizado por Marant no es único; en México, dijo, hay tiendas que venden ropa con motivos oaxaqueños sin que eso les represente beneficios a las comunidades de donde provienen los diseños originales.
Harp consideró positivo que los huipiles oaxaqueños sean vendidos en las grandes tiendas del mundo siempre y cuando sea en beneficio de sus fabricantes.
“Eso es la gloria: que se vendan en todo el mundo, la cosa es que beneficie a los que lo hacen, porque hay muchas otras empresas que lo están haciendo y en nuestras narices”, indicó sobre las tiendas mexicanas que venden reproducciones.
Activistas mexicanos se sumaron al apoyo a la comunidad de Tlahuitoltepec con una petición en el sitio change.org dirigida a las autoridades encargadas de velar por los derechos de autor y propiedad intelectual de México.
“Una patente en manos de una persona impediría a las comunidades de Oaxaca a continuar con la producción de sus bordados, a menos de que paguen por el derecho al titular cuando estas comunidades tienen más de 300 años de hacerlo”, señala la petición, que ha sido firmada por unas 150.000 personas.
Los mixes, que habitan la región montañosa del norte de Oaxaca, conservan en su vestuario elementos de la época prehispánica, además de que mantienen viva su lengua en los nombres de sus blusas (huipil o najan) y su falda (Escocl o schumac), según la región.
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