Notimex. Cuando cambió la ingeniería civil por el canto, pese al desacuerdo familiar, el bajo barítono mexicano Guillermo Ruiz sólo tenía una certeza: la música llenaba su vida, le daba una satisfacción casi espiritual que quería perpetuar.
Actualmente, el anuncio de que recibirá la Presea Alfonso Ortiz Tirado le trae una nueva satisfacción y renueva su compromiso con la música pero en general con la cultura de este país, al que, sostiene, le hace falta más arte para sensibilizarlo y hacerlo crecer.
Entrevistado en ocasión del reconocimiento que le otorgará el 32 Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT), el próximo 23 de este mes en el Pueblo Mágico de Álamos, Sonora, Ruiz señaló a Notimex que es una satisfacción muy grande para él ser reconocido en este importante festival y con una presea tan significativa.
“Estoy encantado de haber sido seleccionado y premiado por este festival tan importante, casi como el Cervantino”, añadió Ruiz, quien expresó que el honor que se le confiere lo obliga a esforzarse más y a tratar de ser mejor cada día.
“A mí me gustaba mucho la ingeniería pero vivir del arte y para el arte es otra satisfacción que no se compara, para nada, con una profesión, digamos común, como la ingeniería”, destacó el cantante, tras asegurar que está muy orgulloso de vivir en un país lleno de talento.
Es cierto que en el país hace falta más arte y cultura, lo más curioso “es que México está lleno de artistas, lo que hace falta es abrir más espacios, ves todos los problemas que hay de inseguridad, de violencia y demás, y donde hay arte y cultura todo eso desaparece, hay que dar más oportunidades y espacios”, consideró.
Sobre su participación en el encuentro que se realizará del 22 al 30 de enero, en Álamos, pero también en los municipios de Hermosillo, Navojoa y Cajeme, Ruiz adelantó que tras recibir la presea, ofrecerá un recital que dividirá en dos partes.
Primero interpretará una serie de títulos operísticos y luego incluirá música popular mexicana, de comedia musical y de zarzuela, pues su intención es dar muestra de la versatilidad de su voz.
Guillermo Ruiz desarrolló su instrucción en técnica vocal y musical con los maestros Ricardo Sánchez y Mario Hernández. Inició su acercamiento al canto lírico profesional en el grupo Solistas Ensamble del INBA a finales del año 1993, bajo la guía del maestro Rufino Montero.
De acuerdo con la ficha del festival, su carrera como solista despegó en 1996 con la obra magistral del “Réquiem”, de Giuseppe Verdi, dirigido por el maestro Sergio Cárdenas; lo que le valió ser invitado de manera regular por las principales orquestas de toda la República mexicana.
Ha recibido clases magistrales de los maestros Marco Balderi, Halina Sadi, Suso Mariategui y Paul Plishka.
Su actividad profesional abarca diferentes géneros de la lírica y una gran variedad de compositores dentro del terreno de la ópera, oratorio, música de cámara y obras contemporáneas.
Actualmente, su labor artística se desarrolla en teatros de la república mexicana y en la isla de Gran Canaria y provincias de España, donde ha cosechado grandes éxitos, bajo la batuta de directores como Enrique Bátiz, Alfredo Sillipigni, Francisco Savín, y Daniel Lipton.
También ha trabajado con Marco Balderi, Marco Parisotto, Guido Marsan Ahmone, Niksa Bareza, Guido Maria Guida, Luís Fernando Malheiro, Luís Bacalov, Srva Dinic, entre muchos otros.
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