Notimex. En lo que constituye un sábado poco común, feligreses, religiosos, simpatizantes y hasta el mismo diablo se han dado cita para recibir al papa Francisco en lo que será su recorrido y reunión con autoridades religiosas en la Catedral de la Ciudad de México.
Y es que desde muy temprana hora que bien podría ser 3:00 o 4:00 de la mañana decenas de familia se comenzaron a congregar en los alrededores para ingresar a la plancha del Zócalo capitalino el cual llegó a su lleno total alrededor de las 8:00 horas.
Quienes poco a poco continúan acercándose para tratar de ingresar al histórico lugar, tiene que hacerlo desde las orillas del primer cuadro del Centro Histórico, ya que las estaciones del metro de Zócalo y Allende están cerradas.
Familias provenientes desde diferentes puntos de la ciudad y más allá entran por Madero, 16 de Septiembre, Tacuba y Donceles, entre quienes hay niños que comentan “ya vamos a ver al Papa”, a lo que sus padres contestan “si mi hijo, nada más caminamos un poco más y llegamos”.
Entre ellos está la familia Hernández, quienes hacen una escala cerca de una tienda para comprar algo de agua y comida para desayunar, pues “la jornada es larga y hay que cuidarse o nos desmayamos”, como comenta la señora Alicia, la más grande de la familia.
Cerca de las 7:45, quienes tienen oportunidad de ingresar desde Bellas Artes ven llegar a por lo menos seis camiones del servicio de transporte público del la Ciudad con los obispos que habrán de reunirse.
Al entrar por Eje Central y Donceles, los vehículos llaman la atención de quienes caminan por las calles, algunos de los cuales saludan amistosamente a los líderes religiosos quienes regresan el saludo y dan bendiciones.
Pero no falta también quienes descontentos con la visita del Papa hacen comentarios ácidos e insultantes contra los representantes de la Iglesia Católica, como lo hace un hombre con chaleco amarillo con las siglas CDMX y quien parece ser uno de los franeleros que cuidan autos cerca de Salón México.
“Ahora resulta que cuidamos hasta a los pederastas”, comenta resentido mientras su compañero le da unas palmadas y entre risas le comenta “ya tranquilo, a tí hasta lo que no te incumbe te hace daño”.
Tampoco faltan los policías y cuerpos de seguridad del Distrito Federal quienes se encuentran formados desde temprana hora frente a los vehículos que los han llevado para resguardar el lugar.
Entre filas se oyen todo tipo de comentarios, entre bromas amistosas y comentarios para pasar el rato en lo que la temperatura sube, pues desde temprano se registran entre 4 y 5 grados Celsius.
-Listos compañeros, a cuidar al Papa…
-¿Pero cómo lo reconoceremos?
-Es uno de blanco…
-óAhh Bueno!.
Comentan entre risas mientras esperan instrucciones de sus superiores para ser distribuidos en los distintos puntos del Centro Histórico.
Desde luego están los entusiastas, que desde antes que saliera el sol ya estaban en las gradas cantando y gritando porras, “Francisco, hermano, ya eres mexicano” haciendo recordar la euforia que también generaba Juan Pablo II.
“Pero no es lo mismo, a mí me gustaba más Juan Pablo”, comenta un señor que a regañadientes acompaña a su familia entusiasmada por ver al actual Pontífice. “Ya cállate viejo, o te doy uno que de seguro te mando al cielo para que lo saludes personalmente”, responde su mujer quien ríe al ver a su marido hacer pucheros.
No faltan tampoco los campaneros que desde las primeras horas de este sábado se han dado cita para repasará los últimos detalles de lo que será el “Toque Francisco” ensayado especialmente pare recibir al Papa en esta ocasión.
En el templete, donde el Pontíficie recibirá “las llaves de la ciudad”, se hacen los últimos ajustes y todo indica que ya solo resta esperar a la llegada de Francisco para que todo transcurra como se tiene programado.
Por lo pronto, quienes ya han abarrotado el Zócalo continúan a la espera entre cantos, porras y alegría a la espera de recibir al primer Papa latino.
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