De Niro y Efron muestran sus locuras en Mi abuelo es un peligro

Agencias. Es natural que en los últimos años el reconocido actor Robert De Niro, quien ha conquistado dos veces el Premio Oscar (Toro Salvaje, 1980 y El padrino II, 1974), lo veamos en papeles de abuelo, y aunque ya ha sido caracterizado como un abuelo extrovertido en filmes como Joy, nunca había llegado al límite de las locuras que alcanza con Mi abuelo es un peligro, que llega hoy a los cines mexicanos.

El actor actúa junto a Zac Efron, quienes se pusieron bajo la dirección de Dan Mazer, un cineasta que gusta del humor y que ya lo mostró en Borat. El dueto de actores se enfrenta en esta ocasión a una serie de situaciones escandalosas y ridículamente groseras, en las que De Niro se convierte en un viejo loco, atrevido y cínico, de quien no se puede esperar otra cosa si es conocido como Dick. Todo lo contrario al papel que interpreta Efron como un joven reservado, tranquilo y cerrado a sus ideales.

La historia comienza cuando Jason Kelly (Zac Efron) está a una semana de contraer matrimonio con la súper controladora hija de su jefe, lo que rápidamente lo convertirá en socio del despacho de abogados. Sin embargo, cuando al puritano Jason lo engañan para que lleve a su atrevido abuelo, Dick (Robert De Niro), a Daytona para el spring break, su próxima boda se ve de repente en peligro.

En medio de fiestas de fraternidad desenfrenadas, peleas de bar y una épica noche de karaoke, Dick está decidido a vivir su vida a pleno y a llevar a Jason en su recorrido. Básicamente, en el viaje más salvaje de su vida, este abuelo “peligroso” y su estructurado nieto descubren que pueden aprender el uno del otro y entablar el vínculo que nunca tuvieron.

La película está aderezada con algunos personajes reconocidos de la comedia en la pantalla grande como Jason Mantzoukas (El Dictador, 2012; Buenos vecinos, 2014), Zoey Deutch (Academia de vampiros, 2014), Julianne Hough (La era del rock, 2012) y Aubrey Plaza (Parks and Recreation, 2009), Adam Pally (Iron Man 3, 2013) y Dermot Mulroney (La boda de mi mejor amigo, 1997), que le dan un abanico de humor como pocas películas este año.