En el tablero de la política y los negocios, Juan Armando Hinojosa Cantú nunca da manotazos, jamás se lamenta y ejecuta cada movimiento con la frialdad de asesino a sueldo.
Cuando se descubrió que él fue quien construyó una casa de 7 millones de dólares para el Presidente Enrique Peña Nieto y, al mismo tiempo, perdió un contrato por 3 mil 750 millones de dólares para el primer tren de alta velocidad en México, jamás protestó.
Lo suyo no es la estridencia, como lo demostró cuando fue apartado del grupo de empresas nacionales que buscaban ganar la construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de México en donde hay en juego una inversión de 169 mil millones de pesos -alrededor de 2 mil 783 millones de dólares-.
Tras perder estos negocios, los más cuantiosos en su carrera empresarial de 28 años, se abrió la investigación oficial sobre un conflicto de intereses con el Presidente Peña Nieto.
Fue entonces cuando Hinojosa Cantú decidió poner a salvo su dinero; usó como prestanombres a su madre, Dora Patricia Cantú Moreno, y a su suegra, María Teresa Cubria Cavazos.
Una parte de su fortuna circuló a través de siete países, algunos de ellos identificados como paraísos fiscales, hasta llegar a puerto seguro en Nueva Zelanda, de acuerdo con información interna del proveedor de servicios financieros con base en Panamá, Mossack Fonseca.
Esta información fue obtenida por el diario alemán Süddeutsche Zeitung y compartida por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés) con 110 medios alrededor mundo. La revista Proceso y Aristegui Noticias fueron los únicos medios mexicanos convocados por ICIJ para esta gran investigación internacional.
El 3 de febrero del 2015, Peña Nieto nombró a Virgilio Andrade como secretario de la Función Pública. Su principal tarea –le dijo en ese momento- fue investigarlo por La Casa Blanca en La Lomas de Chapultepec, uno de los barrios más caros de la capital mexicana.
El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, también formaría parte de la indagatoria por una residencia de descanso en el Club de Golf Malinalco, construida por Hinojosa a través de la firma H&G.
Peña Nieto dejó la investigación en manos de un miembro de su gabinete. Por otra parte, la Constitución establece que al Presidente sólo puede juzgársele por traición a la patria y delitos graves del orden común, entre los que no se encuentra el conflicto de intereses. De cualquier forma, sería intocable*.
Pero Hinojosa Cantú no hizo confianza. La primera asesoría para resguardar su dinero la recibió del despacho D´Orleans Bourbon & Associates .
Este bufete también es conocido por las siglas DBA, con las subsidiarias DBA Capital, de servicios financieros privados, y DBA Consulting, de asesoría en gobierno corporativo y estrategias comerciales. Tiene oficinas por todo el mundo. Algunas de ellas están en Reino Unido, Nueva Zelanda, Panamá y, desde luego, México.
D´Orleans fue el intermediario con Mossack Fonseca, especializado en crear empresas fachada en paraísos fiscales o en países con leyes laxas para inversiones extranjeras.
El abogado Filipe Di Matos fue asignado como asesor del dueño de Grupo Higa. El 15 marzo del 2015 , Hinojosa Cantú donó a su madre, Dora Patricia Cantú Moreno, cinco empresas ubicadas en la Isla Nieves y en las Islas Vírgenes Británicas.
No Comments
Comments for El constructor de La Casa Blanca de EPN ocultó una fortuna en paraísos fiscales are now closed.