Notimex. Tras la presentación formal de las labores de reconstrucción y conservación en 2014 del Monolito de Coatlinchan, se estableció una revisión anual para determinar su estado, informó el restaurador Sergio González García.
Es un proyecto de investigación que consiste en registrar sus componentes, físicos y estéticos, así como sus agentes de deterioro, a través del uso de herramientas como el escaneo láser y la fotografía de alta resolución.
Para este año, el equipo responsable ya tiene agendada la limpieza superficial del Monolito de Coatlinchan, la cual se hará con agua destilada y cepillos de cerdas suaves.
En declaraciones al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Sergio González comentó que para realizar las restauraciones “faltaba un registro pormenorizado de su materialidad y de su técnica”, por este motivo los conservadores tuvieron que “analizar su material y el contexto del que salió”.
Entre los hallazgos se encontraron escurrimientos de agua de lluvia que caían hacia su frente debido a una fisura, la cual se originó previamente a su traslado del pueblo mexiquense de Coatlinchan (16 de abril de 1964).
Para combatir las acumulaciones de agua pluvial, localizadas en poros grandes de la piedra y áreas horizontales, un equipo del Laboratorio de Conservación del Museo Nacional de Antropología (MNA), creó una canaleta dirigida hacia la parte posterior de la escultura.
El restaurador explicó que el agua es un factor de riesgo importante ya que “es un catalizador de reacciones químicas, por ejemplo, de contaminantes atmosféricos, que crean ambientes ácidos y van deteriorando la piedra; y por la acción mecánica que causan las infiltraciones”.
Desde entonces no se reportan filtraciones de agua, ni ha habido crecimiento de microorganismos, ni de nidos de insectos, líquenes o musgos”, agregó el coordinador del proyecto.
También aclaró que el Monolito de Coatlinchan es de roca silícea, una piedra volcánica, la cual es estable ante los ácidos; mientras que el cambio en su color se debe a 50 años de exposición al sol.
Actualmente en colaboración con el Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se desarrolla un prototipo de monitor láser, el cual registrará cualquier vibración o variación de este monumento.
Por otra parte, el restaurador indicó que “el CCADET nos ha apoyado en la colocación de pasta de resane a base de silicato de etilo, con una carga de andesita” y se han realizado pruebas en unos orificios de la parte posterior.
Para saber si ha existido pérdida de material constitutivo, el especialista mencionó que se deben tomar muestras cuyas densidades de roca sean similares.
Finalmente, mencionó que el monumento no ha sufrido algún tipo de deterioro por vandalismo, al contrario, se han encontrado “ofrendas que seguían llevando, incluso metiéndose en el estanque que lo rodea. A sus pies encontramos una estampa de la Virgen de Guadalupe y semillas”.
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