Muy Interesante.- Si se hace correctamente, correr descalzo produce cambios en la técnica de apoyo que reducen las posibilidades de lesionarse, según una investigación española.
Un equipo de científicos de las universidades de Granada (UGR) y Jaén ha demostrado las ventajas para la salud muscular de correr descalzo, sea cual sea la velocidad del corredor. Prescindir de las zapatillas favorece la adquisición de un patrón biomecánico técnico de carrera más eficiente, que impulsa a iniciar el contacto del pie con el suelo en la zona metatarsiana, lo que se conoce como apoyo adelantado. Por el contrario, el calzado deportivo con protecciones actualmente de moda tiende a hacer que el corredor adopte la técnica opuesta: o sea hacer el primer contacto con el suelo con la parte posterior del pie, en la zona calcánea (el llamado apoyo retrasado). Esto genera importantes picos de impacto que inciden negativamente en la salud y el rendimiento deportivo del atleta.
Un número creciente de corredores apoyan esta técnica de barefoot running (“correr descalzo”, en inglés), animados por diversas investigaciones que están sacando a la luz las ventajas e inconvenientes de esta forma de ejercitarse. De momento se trata de una práctica no mayoritaria, pero que va claramente en aumento. Los estudios parecen dar la razón al gran atleta etíope Abebe Bikila, que ganó la medalla de oro en la maratón de los Juegos Olímpicos de Roma de 1960 corriendo sin zapatillas. Podría decirse que el calzado que el ser humano ha llevado durante milenios ha sido bastante minimalista, apenas unas suelas protectoras para no maltratar la planta de los pies. Sin embargo, desde hace tres décadas, han surgido constantes avances tecnológicos que han cambiado de forma radical el diseño de elementos funcionales propios del calzado deportivo: mediasuelas acolchadas, tecnologías de control de movimiento, capas de diversos materiales para optimizar la capacidad de amortiguación… Pero las ventajas de estos recientes avances son cuestionadas en los foros científicos. Eso sí, para que la carrera con los pies desnudos resulte beneficiosa para la salud es imprescindible adquirir una serie de hábitos técnicos. De lo contrario, podría propiciar la aparición de otros elementos de riesgo.
En el citado estudio llevado a cabo en España, publicado en la revista Journal of Sport and Health Science, ha participado un equipo de investigación multidisciplinar de la UGR denominado HUMAN LAB, situado en el Instituto Mixto Universitario Deporte y Salud (iMUDS), que cuenta con los medios tecnológicos necesarios para realizar un análisis integral de los indicadores de salud y eficiencia de los corredores. En el artículo se recogen los resultados obtenidos tras desarrollar un programa de entrenamiento de doce semanas basado en carrera descalza que ha permitido comprobar los efectos producidos en los atletas. Participaron 39 corredores voluntarios, que desarrollaron un programa con ejercicios específicos realizados en césped natural y con una carga de intensidad progresiva a base de carreras de forma continua o a intervalos y sprints. Tras el periodo de entrenamiento, se pudo comprobar que los atletas que corren descalzos cambian significativamente la técnica de impacto inicial del pie con el suelo. Los corredores de apoyo retrasado cambiaron hacia un patrón más adelantado, tanto a velocidad de carrera confortable (del 55,6% de apoyo retrasado pasaron al 11,1%) como a velocidades más altas (del 58,3% de apoyos retrasados al 13,8%).
Los autores del estudio advierten de la necesidad de ser prudente a la hora de iniciarse en la práctica de la carrera descalza
En conjunto se vio que el entrenamiento basado en la carrera descalza, aplicado de forma correcta, produce cambios significativos en el tipo de apoyo independientemente de la velocidad del atleta. Y que el apoyo adelantado (de metatarso) ayuda a reducir los picos de impacto y por tanto también disminuye el riesgo para el corredor de padecer lesiones. Aun así, los autores del estudio advierten de la necesidad de ser prudente a la hora de iniciarse en la práctica de la carrera descalza y aconsejan llevar a cabo un estudio multidisciplinar de la biomecánica del sistema músculo-esquelético, tanto a nivel estático (podológico y postural), como dinámico (estudio de la locomoción andando y corriendo), con especial interés hacia la valoración de los cambios cinemáticos tridimensionales (análisis de la técnica), cinéticos (análisis de las fuerzas) y bioestructurales (análisis de los elementos elásticos y contráctiles), además de analizar el calzado habitualmente empleado.
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