Por: Jorge Huerta “El Lobo Dj”.
El murmullo de los rostros. Paul Strand en México del 14 mayo al 22 de agosto de 2016 en el Museo Amparo, Puebla.
La exposición “El murmullo de los rostros” de Paul Strand, artista fotográfico, impulsor del modernismo, está organizada por Fundación Televisa y reúne 140 obras, 10 videos y documentación de sus dos viajes por México, el primero realizado entre 1932 y 1934, y el segundo en 1966. La obra fotográfica pertenece a la Colección y Archivo de Fundación Televisa. La exposición se inaugura con una charla a cargo de Mauricio Maillé, Director de Artes Visuales de Fundación Televisa y la curaduría de Alfonso Morales y Héctor Orozco este sábado 14 de mayo a las 12:00 P.M., la entrada es gratuita. El Museo Amparo está ubicado en 2 Sur 708, Centro o Histórico 72000 Puebla, Pue., México.
Paul Strand, originario de New York, E.U., trabajó en dos ocasiones en México, entre 1932 y 1934, después en 1966. El artista hablaba muy poco español y tenía un traductor, posteriormente, también pudo escribir algunos textos en este idioma.
Las obras se dividen en ocho núcleos temáticos con las microhistorias de imágenes con los rostros y a la realidad social de su época.
Strand también se dio a conocer como cineasta, con la película “Redes”, donde cuenta la lucha por la vida y la justicia de una comunidad de pescadores, sin embargo, la Secretaría de Educación Pública, productora de la cinta, donde él trabajaba decidió destituirlo y parar este proyecto.
Más información del Museo Amparo:
Paul Strand, artista al que Susan Sontag llamó “el más grande fotógrafo estadounidense”, y al que David Alfaro Siqueiros describió como “este americano-mexicano, o mejor aún, este ciudadano del mundo cuyo trabajo ha iluminado el arte más objetivo de nuestro tiempo”.
Núcleos Temáticos:
Camera Work
El gran fotógrafo y promotor cultural Alfred Stieglitz encabezó un grupo de artistas, intelectuales y fotógrafos que tuvieron en las páginas de la revista Camera Work y en los muros de The Little Galleries of the Photo-Secession un foro de exhibición y discusión. Estos mismos espacios fueron fundamentales para que el público neoyorkino conociera la obra de los artistas de la vanguardia europea como: Rodin, Matisse, Cézanne, Picasso o Duchamp. Paul Strand, ferviente admirador del trabajo que desempeñaban Stieglitz y sus colegas Steichen, Langdon Coburn y Octavius Hill, entre otros; se incorporó a este selecto grupo en 1915 con algunas de sus obras más tempranas.
Encuentros En Taos
El ambiente de Taos, Nuevo México, fue un refugio donde se congregaban una gran cantidad de artistas e intelectuales a principios del siglo XX. En este árido contexto Paul Strand y Carlos Chávez entablaron una amistad que derivó en la invitación que el músico mexicano hizo, como Jefe del Departamento de Bellas Artes, a Strand para venir a México. Oportunidad que el fotógrafo estadounidense aprovechó para replantear su fotografía y para alejarse de su esposa Rebecca Salsbury y de su mentor Alfred Stieglitz, con quienes había ya diferencias irreconciliables.
Odisea Por Tierra
Desde el momento en que Strand cruzó la frontera de Nuevo Laredo, Tamaulipas, el 26 de noviembre de 1932, comenzó un recorrido en el que fotografió el paisaje y la arquitectura mexicana. Al llegar a la Ciudad de México Strand se incorporó a la Secretaría de Educación Pública
como profesor de dibujo, fue enviado a realizar un reporte sobre la educación y la producción artesanal en las zonas rurales de Michoacán y realizó una exposición fotográfica —con su trabajo hecho en el suroeste de Estados Unidos— en la Sala de Arte de la Secretaría. En este tiempo incorporó a su trabajo sutiles retratos de los habitantes de las diferentes regiones que visitó, así como figuras religiosas que representaban la fe de los habitantes. Una selección de este trabajo fue recopilado en fotograbados para conformar el portafolio Photographs of Mexico.
Redes
La Secretaría de Educación Pública, que había dado cobijo a Paul Strand, tenía a la cinematografía como una importante herramienta pedagógica desde su fundación en 1921. Strand presentó un proyecto al Departamento de Bellas Artes en el que proponía la producción de una serie de cortometrajes que evitaran “la exhibición de lo pintoresco” y ayudasen a los espectadores a entender su realidad. Al ser nombrado jefe de la Comisión de Fotografía y Cinematografía de este Departamento emprendió el rodaje de Pescados, única cinta del plan que fue producida y que se estrenó con el título de Redes.
Frontier Films
En enero de 1935 Strand fue despojado de su puesto en la Comisión de Fotografía y Cinematografía y no le fue permitido participar en la edición final de Redes. Desilusionado volvió a Estados Unidos donde profundizó su relación con las imágenes en movimiento. Fundó la productora Nykino, que se convertirá en la cooperativa de producción de documentales Frontier Films, con los que no dudó en denunciar las amenazas de este periodo: el fascismo, el hambre, el racismo, la guerra y la falta de solidaridad.
Fantasmas Sin Sosiego
El paso por México redefinió el trabajo fílmico y fotográfico de Strand. Al retornar a la fotografía fija lo hizo apostando por el sentido social de las imágenes y haciendo del retrato la máxima expresión de la pertenencia a un lugar. Modelo que puso en práctica en los fotolibros La France de Profil y Un Paese:
Portrait of an Italian Village y que replicó en sus proyectos de Escocia, Egipto y Ghana.
Barcas En Reposo
En 1966 Paul Strand hizo su segundo viaje a México en el que incorporó los estados de Guanajuato y Yucatán a su itinerario, la obra derivada de esta visita resulta más un testimonio distante de un país cuyo perfil rural se ha modificado a causa de la expansión urbana e industrial. Sin embargo, este viaje sirvió a Strand para buscar sin éxito a su amigo y colega Manuel Álvarez Bravo, visitar su exposición en la Galería de Arte Mexicano, de la que derivó una recomendación que el norteamericano hizo al departamento de fotografía del MoMA y se entusiasmó por reeditar su trabajo mexicano bajo el título The Mexican Portfolio.
Jardines Interiores
La amistad y complicidad profesional entre los fotógrafos Paul Strand y Manuel Álvarez Bravo se remonta a 1932, probablemente en el entorno de la Sala de Arte de la SEP en la que Strand expuso su obra en 1933 y, meses después, Álvarez Bravo organizó la muestra Fotografía retrospectiva siglo XIX. Esta amistad perduró a lo largo de los años, como lo demuestra el intercambio epistolar y los cruces entre las temáticas de su obra. Incluso compartieron los muros del MoMA, al lado de Walker Evans y August Sander, durante la exposición Diógenes con cámara III, organizada por Edward Steichen. Ambos fotógrafos, al final de sus días, se dedicaron a fotografiar las sutilezas de sus entornos hogareños, de la vida que se desplegaba en sus jardines, más allá de los umbrales y ventanas, resguardados por motivos de salud.
“Strand ha escrito una autobiografía de sí mismo a través de las cosas que ha visto. Nos ha enseñado a los fotógrafos que existe algo más allá de la apariencia y la superficie de las cosas, fotografías que viven y crecen, imágenes que seguirán brindando nueva belleza y significado a la gente mientras sean vistas”.
Palabras de Leo Hurwitz en el portafolio Photographs of Mexico, publicado en 1940.
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