Notimex. La exposición sobre la vida de Ana Frank acaparó la atención de miles de colombianos en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), y se convirtió en un espacio para la reflexión sobre la guerra y la paz, que es el debate de los colombianos para dejar atrás 52 años de conflicto armado interno.
La exhibición conecta la historia personal de la familia Frank con importantes eventos de la historia de la época: el ascenso del Partido Nazi, el aislamiento y discriminación del pueblo judío, y su culminación en el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial.
Desde el 19 de abril, día de la inauguración de la FILBo-2016, hasta este 2 de mayo, cuando finaliza la feria, las filas fueron interminables para ingresar al pabellón de Holanda, un espacio que combinó diseño, arquitectura, arte, literatura y la historia del Holocausto.
La exposición itinerante “Que me dejen ser yo misma” narra la historia de Ana y su familia a través de imágenes curadas por la misma Casa Ana Frank, que incluyen una réplica de su diario y un modelo a escala de su escondite.
La casa de cuatro plantas ubicada en la calle Prinsengracht, en Amsterdam, es el espacio en el que vivió escondida durante dos años Ana Frank y en el que escribió su célebre diario sobre los rigores de la intolerancia en medio de la guerra.
La exposición tiene siete módulos de historia que permiten conocer la historia personal de Ana Frank, con imágenes de gran tamaño que muestran los felices primeros años de su vida en Frankfurt, Alemania, y su posterior migración hacia Amsterdam, Holanda, para pasar al escondite con la llegada de los Nazis.
Estudiantes de escuelas, colegios y universitarios, profesores, académicos, funcionarios públicos, obreros, amas de casa con sus hijos, estuvieron en el pequeño espacio de la exposición observando cada fotografía con su respectiva reseña histórica:
Las preocupaciones de la familia Frank en 1931 y 1932 cuando ya marchaban las tropas Nazi por las calles de Frankfurt, donde vivieron varias de sus generaciones y lugar donde nació Ana en 1929.
La crisis económica, el surgimiento de Adolfo Hitler y el creciente sentimiento antisemita en la sociedad ponen fin a la tranquila vida de la familia. Otto Frank y Edith, su esposa, deciden –como muchos otros judíos– dejar Alemania en 1933 rumbo hacia Holanda.
La guerra en Holanda, el fracaso de los padres de Ana (Otto y Edith) para emigrar a Estados Unidos, el escondite secreto en la “casa de atrás” del edificio donde funciona la fábrica de la familia.
Los protectores en el escondite como sus empleados Hermann van Pels, Johannes Kleiman y Víctor Kugler: La citación el 5 de julio de 1942 para que la hija mayor, Margot Frank, se presente en un campo de trabajo en Alemania. En este momento Otto decidió por la clandestinidad de su núcleo familiar.
Una semana más tarde se agrega la familia Van Pels y, en noviembre de 1942, llega el octavo escondido: el dentista Fritz Pfeffer. Durante más de dos años permanecen en la Casa de Atrás.
Estas y otras reseñas con sus respectivas fotografías, como el momento de la traición, el traslado a los campos de concentración, en donde un médico de la SS decide quienes de los prisioneros pueden vivir o morir, se encuentran en esta pequeña muestra fotográfica, pero a la vez gigante y profunda de un momento de la historia de la humanidad.
Las imágenes desgarradoras de la exposición itinerante “Que me dejen ser yo misma” son una pincela profunda a la vida de Ana Frank, de su familia, a la guerra, a un momento histórico de la humanidad. Son una reflexión para los colombianos que hoy debaten entre mantener la guerra o firmar la paz.
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