DPA. La subasta de objetos personales del dictador Adolf Hitler prevista para este sábado en Múnich causó un gran revuelo esta semana en Alemania y fue calificada como “repugnante” por el colectivo judío.
El evento atrajo los últimos días una gran expectación mediática, después de que la casa de remates Hermann Historica anunciara que pondrá disposición de los compradores enseres personales de líderes del nazismo.
A pesar del gran interés, la subasta se celebrará lejos de los focos mediáticos, ya que la entidad organizadora decidió prohibir el acceso de los periodistas a la sala.
“Los días 17 y 18 de junio no vamos a permitir que la prensa esté presente en la subasta”, señalaron en un correo electrónico desde la casa de remates Herman Historica.
Asimismo, tampoco se darán a conocer los resultados de la subasta, es decir, que, en principio, no trascenderá ni el precio por el que han sido adquiridos los objetos ni las identidades de sus nuevos dueños.
El sábado se sacarán a subasta objetos que forman parte de la historia reciente, tales como radiografías del dictador Adolf Hitler o ropa interior y el recipiente de latón para ácido cianhídrico con el que Hermann Göring se suicidó poco antes de su prevista ejecución en Núrenberg, en el sur de Alemania.
La colección también engloba el informe de la investigación realizada tras el atentado que sufrió Hitler el 20 de julio de 1944 organizado por el coronel Claus von Stauffenberg.
“En los juicios de Núrenberg participaron tantas personas, personal de seguridad, médicos, psicólogos, que pudo ser que alguien se llevara algo”, señaló el historiador Andreas Mix del Memorial de los Juicios de Núrenberg.
La casa de subastas Hermann Historica indicó que los artículos provienen de una colección del médico estadounidense John K.
Lattimer fue responsable de la asistencia médica a los acusados durante los procesos que tuvieron lugar tras la Segunda Guerra Mundial.
Wolfgang Hermann, copropietario de Hermann Historica, explicó al diario alemán “Frankfurter Allgemeine Zeitung”, que obtuvo la colección a través de la hija de Lattimer.
En los últimos días, la subasta cosechó numerosas críticas en Alemania e incluso algunas voces cuestionaron su legalidad.
Desde el Consejo Central de los Judíos calificaron la venta de objetos personales de líderes nazis como “repugnante”, mientras que el alcalde socialdemócrata de Múnich, Dieter Reiter, solicitó a la casa de remates que reconsiderase la celebración de la subasta.
La Justicia, sin embargo, no vio motivos para cancelar dicha subasta. En este sentido, una portavoz de la fiscalía de Múnich precisó a mediados de esta semana que la venta al mejor postor de objetos personales de líderes nazis no era constitutiva de delito y aclaró que por el momento no se habían registrado denuncias que solicitasen la cancelación de la subasta.
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