Y ¿qué pasó ayer en Santa Clara, California? ¿de quién es la culpa?

Cortesía.

Por: Carlos Muñoz.

Miles de comentarios se desataron desde antes de comenzar el encuentro entre mexicanos y chilenos, donde periodistas como David Faitelson y demás analistas, comentaristas y críticos del fútbol recalcaban “el partido entre México y Chile en Copa América será la llave más cerrada de los cuartos de final”… vaya paradoja con lo que sucedió anoche en Santa Clara, California.

Pretextos siempre han existido en la Selección Nacional Mexicana de Fútbol, el fútbol es el deporte más popular de este país, pero el que sin lugar a dudas muy pocos resultados ha dejado en mis 25 años de vida.

La cara de los aficionados mexicanos lo decía todo, miles de gargantas estaban esperanzadas de que cayera al menos un gol del equipo mexicano, tristemente no pasó nada. La contraparte es un cuadro chileno bien ordenado con un Claudio Bravo que tuvo una de las noches más tranquilas en su carrera como seleccionado nacional, donde un Marcelo Díaz controló el medio campo como un Dios acompañado de un ataque andino que hizo lo que México necesitaba hacer, presionar y meter goles.

Y sí, otro cuadro alternativo mostró México, donde en mi columna anterior había mencionado, “el único que se engaña” es el propio Osorio, con una oncena que la verdad fue muy débil con jugadores de poco carácter como Guillermo Ochoa, Néstor Araujo (¿central?) y Héctor Herrera. La gran pregunta de este fin de semana es ¿qué pasó en Santa Clara, California? ¿qué demonios le hicieron al fútbol mexicano? ¿qué les pasó por la cabeza a los once futbolistas que salieron ante la Selección Chilena?

Ridículos conozco varios en las dos últimas décadas, habrá que preguntarle a Javier Aguirre y Hugo Sanchez por ejemplo, pero lo de anoche fue terrorífico, desastrozo, humillante, donde muchos culpan al señor Juan Carlos Osorio de todo, mentando madres y demás situaciones.

Vaya teatrito se armó en el Levi´s Stadium, donde México quedó muy mal parado ante el mundo, siendo una oportunidad histórica para algunos jugadores de dar el siguiente paso. Duele la forma, duela la derrota, duele la poca actitud que muestran algunas “estrellitas” como Javier Hernández y Andrés Guardado, yo sí tengo memoria de lo que hicieron en el pasado Hexagonal al mando de José Manuel de la Torre.

Lo más evidente es que el aficionado mexicano se tiene que dar cuenta que nuestra selección nada más reparte esperanzas, pero no resultados. Yo sigo esperando a un equipo que en realidad represente al menos a la Federación Mexicana de Fútbol, sigo esperando a gente que sepa de fútbol, que conozca el fútbol mexicano… lamentablemente, la Selección Nacional Mexicana de Fútbol siempre ha sido un negocio, no un orgullo para este país.