Muy Interesante.- 24 horas al día los siete días de la semana juntos: ¿planazo o desastre a la vista? Conoce los pros y contras.
A priori, el plan de compartir unas semanas a solas con la pareja puede parecer idílico. Sin embargo, hay a quien le entra un sudor frío cuando lo piensa, ya que, si no vivís juntos, pasar de las cenas y las salidas al cine a no despegarse el uno del otro puede ser complicado. O tal vez no. “Estar juntos todo el día y tener que tomar decisiones a medias sobre los planes a seguir puede llevarnos a descubrir aspectos del otro que no conocíamos y que no nos gusten”, advierte la psicóloga Eva Hidalgo, del gabinete This is Coaching, en Barcelona. Pero no tiene necesariamente por qué ser así. “Este periodo también puede convertirse en una gran oportunidad para limar asperezas, divertirse y, por qué no, reenamorarse. Hay que focalizar todo lo positivo que conlleva compartir esos momentos de desconexión y aderezarlo con mente abierta, respeto, tolerancia y mucha comunicación”, considera Hidalgo.
Conocidos los riesgos y las medidas que les ponen freno, la experta avisa sobre tres de los errores más comunes que suelen cometer y que arruinan unas jornadas que se prometían perfectas: el primero es aprovechar las vacaciones para pintar la casa o arreglar el trastero. Recuerda que estos días deberían carecer totalmente de obligaciones. El segundo error es planificar de forma unilateral sin contar con el otro. Organizar una escapada puede ser una carga que acabe quemando al que lo hace. Las decisiones tomadas mano a mano son más enriquecedoras. Por último, no hay que ser inflexible en el destino o las actividades. Se trata de mantener una actitud tolerante y estar abiertos a disfrutar en cualquier ciudad, momento o situación.
¿Y qué hay sobre veranear con uno mismo? Viajar solo es una de esas experiencias de la vida que la gente suele odiar o adorar. Parece que no hay término medio. Las vacaciones single son una opción de la que la mayoría huye, muchos se avergüenzan y de la que algunos presumen, pero en sí no son ni buenas ni malas. Para Eva Hidalgo, “según interpretemos la situación, la recordaremos como un mal sueño o como las mejores vacaciones en mucho tiempo”. ¿Qué hacer para que resulten satisfactorias? Hidalgo aporta tres consejos para encontrar el lado positivo de las vacaciones en solitario: lo primero, marcarse un pequeño desafío. Este aliciente será la chispa para mantenerse activo durante los primeros días de descanso. ¿Por qué no hacer una etapa del camino de Santiago, un trekking al Himalaya, un bautismo de buceo o leer la novela que tienes pendiente desde hace meses? El segundo consejo es mimarse mucho, recordar que en estas vacaciones tú eres la prioridad. Por ejemplo, está bien concederse algunos caprichos, como visitar un espá, ir a comer a algún restaurante que te encante o dormir la siesta tantas horas como te apetezca. Por último, esta psicóloga cree que es bueno relacionarse. El objetivo no es pasar el veraneo buscando compañía, pero sí con una actitud positiva y abierta, que hará el viaje mucho más enriquecedor. Así que quizá estés empezando a valorar la posibilidad de hacer la maleta y reservar una habitación individual. No sería mala idea, porque, como dice Hidalgo, “el único riesgo es descubrir que te gusta”. Y es que uno de los beneficios que la experta asocia a pasar unos días sin más compañía que la de uno mismo deriva precisamente de la soledad. “Poder disponer de tiempo para nosotros es muy positivo. A nivel individual, contar con unos días para cuidarnos y practicar actividades que nos gustan puede fortalecer la autoestima. Y desde el punto de vista relacional nos ofrece vivencias que compartiremos a la vuelta con nuestra pareja, lo cual puede favorecer un reencuentro maravilloso”, concluye Hidalgo.
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