Redacción. La casa donde el artista coahuilense Julio Galán (1959-2006) vivió su infancia abrirá sus puertas a finales de noviembre, convertida en museo y centro cultural, para que los admiradores del pintor conozcan ese espacio moral y espiritual que forjó los primeros pasos de uno de los hijos más distinguidos de la ciudad de Múzquiz.
El proyecto de remodelación de la casona que perteneció al abuelo materno de Galán, el empresario Adolfo Romo Cadena, es encabezado por la asociación civil Amigos de la Cultura de Múzquiz, que lleva varios años impulsando diversas iniciativas para convertir a esa comunidad, conocida también como El oasis del norte, en referente turístico y cultural de Coahuila.
El Museo Quinta Julio Galán Romo (nombre que tendrá el recinto) se hace realidad a 10 años de la muerte del artista, luego de que se le ha rendido homenaje principalmente en Monterrey, ciudad que eligió el pintor para desarrollar su carrera artística (La Jornada, 4/8/16).
Ese recinto está en un predio de unas ocho hectáreas, en las que se erigen dos inmuebles: la casa grande, cuyos rincones, colores, luces y sombras quedaron estampados en el imaginario y en la obra del pintor, y otro, que ahora alojará la fototeca de Múzquiz.
En la residencia principal se mostrarán reproducciones de obras de Julio Galán; en la parte superior habrá un espacio para exposiciones temporales. A la otra construcción se llega luego de atravesar el enorme jardín, que es una selvita con muchos sabinos y vegetación, en ese espacio al aire libre, que pasa por un arroyo, se colocarán 12 imágenes más de las pinturas de Julio, explica a La Jornada Yolanda Elizondo, integrante de esa asociación civil.
También habrá salones para impartir talleres de pintura y artesanales, formar un círculo de lectura, impartir clases de historia local y ofrecer espectáculos de cuentacuentos, así como conciertos.
Los visitantes podrán apreciar la casa de muñecas que acompañó los juegos infantiles de Julio Galán, la cual es la reproducción de la casa grande y está instalada en lo que será el área de actividades dedicadas a los niños.
Aportaciones de vecinos
La promotora cultural Yolanda Elizondo señala que serán en total 50 las reproducciones de buena calidad que el público encontrará en el museo Galán, pues por el momento la asociación civil carece de capacidad económica para adquirir un cuadro original de quien es uno de los artistas mexicanos mejor cotizados en el extranjero.
Informa que están a la espera de recibir apoyo federal para ultimar los detalles del museo.
Sin embargo, no habla de números cuando se le pide que mencione cuánto dinero se ha invertido en la remodelación de La Quinta, como se conoce a la casa de Adolfo Romo.
Yolanda Elizondo prefiere destacar que son varios los vecinos de Múzquiz quienes han aportado la mayoría de los recursos para hacer realidad ese proyecto, y lo han hecho con gusto, pues la familia de Julio Galán es muy querida en la ciudad. Para nosotros este museo es nuestro gran homenaje al hijo más distinguido de Múzquiz a escala internacional.
El abuelo de Julio fue, en su época, benefactor de Múzquiz, empresario minero del carbón y la fluorita, ayudó a muchos jóvenes del pueblo para que salieran a estudiar a otros países. También se le recuerda como una persona bohemia, que recibía a los gobernadores del estado; amante de la música y las bellas artes. Quienes llegaron a visitar la casona la describían llena de antigüedades y arte, con muchos objetos finos, de plata, muy elegante; ese fue el ambiente en el que creció el pintor, explica.
Comodato por 10 años
Desde hace años la familia del artista ya no era dueña de la propiedad, la vendieron a un empresario de Monterrey, quien nos la cedió en comodato por 10 años. El día de la inauguración del museo se dará a conocer de manera pública su nombre, adelanta Elizondo
Detalla que cuando Amigos de la Cultura de Múzquiz tomó posesión de La Quinta, ésta llevaba cerrada unos siete años. Empezamos por fumigarla y encontramos muy pocas cosas que pertenecieron a los Galán; por ejemplo, hallamos cartas personales guardadas en la biblioteca, las cuales devolvimos a la familia.
No obstante, ahí siguen algunos libros que fueron las lecturas infantiles del artista, como El santo niño de Praga y Mi pequeño misal, que incluso tienen las iniciales de Julio, probablemente escritas por él mismo.
Fue entre esas paredes donde ocurrió la anécdota que el periodista regio José Garza narra en el perfil de Julio Galán, incluido en su libro Entrevistas a dioses y demonios: perfiles y conversaciones con personajes de la literatura y el arte (Ediciones Castillo, 2002): “¡Quiero ser rubio! –exclamó el pequeño niño a su abuelo Adolfo, un hombre de negocios muy trabajador y brillante, señalado como excéntrico y bohemio en la comarca minera de Coahuila. Ofo, como le decía, derramó polvo de oro en su cabeza y le dijo: ‘De aquí en adelante serás rubio y todo lo que quieras’. El abuelo, que tenía mucha sensibilidad y le gustaba viajar, nunca se opuso a la vocación del nieto y hasta pudiera ser, en algún sentido, que eso le ayudó a hacer volar la imaginación de artista que ahora tiene. Una vez, de hecho, cuando tenía seis años de edad, después de un viaje a Londres, le trajo un uniforme de guardia del palacio de Buckingham; en otra oportunidad un traje de marinero y en otra…”
Con la apertura del museo dedicado a Julio Galán, se espera consolidar la propuesta para que Múzquiz sea catalogada a escala federal como pueblo mágico.
Ese recinto se sumaría a proyectos como la creación de los museos de paleontología, de ganadería y el comunitario dedicado a la tribu de los mascogos, una de las tres etnias que forman la diversidad indígena de Coahuila. Las otras son los kika-púes y los mazahuas.
(Con información de La Jornada)
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