Gobiernos en Guerrero con alta carencia de estrategia en materia de seguridad

Cortesía.

Por: Carlos Muñoz.

Con altos índices de secuestros, asesinatos y robos a mano armada se mantiene el estado de Guerrero, donde ni los gobiernos municipales ni el gobierno que encabeza Héctor Astudillo Flores ocultan la clara realidad en la que vive uno de los estados más pobres del país.

La presencia de más de cuatro carteles del crimen organziado hace más complicada la labor de La Marina, El Ejército Mexicano, La Gendarmería y las Policías Municipales, estas últimas plenamente coludidas con las bandas.

La pregunta es ¿denunciar o no denunciar? Y es que ni siquiera los operadores de líneas telefónicas responden a los llamados de la ciudadanía así como la falta de credibilidad hacia las instituciones de seguridad, especialmente, El Ejército, el que regularmente ha pasado más de noche desde hace cinco años alrededor del estado.

Cabe decir que, la mayoría de la sociedad no ve la luz en el tema de seguridad, donde el gobernador Astudillo Flores anuncia que las cifras van a la baja, pero eso sí, su familia se encuentra cada vez más blindada con guardaespaldas.

Sin caer en polémica, desde las seis de la tarde, miles de negocios comienzan a cerrar ante la llegada de la noche, noches que parecen no terminar mientras los amantes de lo ajeno siguen trabajando y las autoridades son simples expectadores.

Llenando el puerto de Acapulco así como sus entradas se la viven elementos de seguridad, donde los operativos realmente son poco eficaces y son más que obvios en su localización, por lo que elementos del crimen organizado los evitan sin mayores complicaciones. Hoy muy pocos se imaginaron que Acapulco y entidades como San Marcos, Cruz Grande, Marquelia, Coyuca de Benítez, Atoyac de Álvarez y Tlapa llegarían a estos niveles de inseguridad, en parte por la complicidad del Gobierno.