“Del Manantial del corazón” cierra conmovedora temporada en El Granero

Notimex.- En medio de un prolongado aplauso del público y el reconocimiento de autoridades culturales de este país, la compañía yucateca de teatro Sa’as Tun concluyó su temporada en el Teatro El Granero, de esta ciudad, donde su obra “Del Manantial del corazón” pugnó por “no más niños muertos en la impunidad”.

Luego de haber recorrido este año diversos escenarios de México, Estados Unidos, España y Argentina, este último país donde fue nominada como Mejor obra extranjera, la propuesta escrita, actuada y dirigida por Concepción León llegó al Centro Cultural del Bosque (CCB) el 19 de noviembre, conmoviendo en cada función.

“Del Manantial del corazón” es una pequeña muestra de la cultura del Mayab, donde un torrente de inacabables emociones fluyen empujadas por la dramaturgia poética y amorosa de Conchi León.

Una dramaturgia que lo mismo habla de la crudeza de la vida que de las bondades de la muerte, llevando al espectador de la risa al llanto, de la rabia a la ternura, y de la desolación a la esperanza.

Addy, Mabel, Conchi, Luly y Estrella, su elenco, van dando vida a diversas historias para internar al espectador en universos dolorosamente conocidos y tristemente actuales, donde la opción de la mujer es “ver, oír y callar”; donde niños mueren de hambre y madres enloquecen ante la pérdida y el ocultamiento de sus hijos.

Donde los niños “especiales” padecen para ser libres por la ignorancia de quienes los rodean, todo ello, en medio de un mundo lleno de sincretismo y de avasalladora actualidad.

Un Hetzmek o bautizo maya muestra la otra cara de la moneda, invitando a recuperar el poder de la palabra para decretarle parabienes a los nenés.

Cantos, flores, cruces, velas, tijeras y semillas de calabaza son parte del rito que celebra la vida en el Mayab y de alguna manera prepara para la muerte, porque una cosa sí es segura, sostiene el montaje, “todo lo que camines en la vida, un día lo volverás a andar en la muerte”.

Al final, el público, que durante 80 minutos transitó por diversos estados de ánimo, aplaudió por largo rato ante la emoción desbordada de las actrices que, a lo largo de poco más de un año transcurrido desde su estreno, han hecho de éste un entrañable montaje.

Una obra que tiene el sello de León (“Mestiza Power” o “Cachorro de León”), el de un teatro salido de la entraña; generoso, humano, capaz de aliviar el alma de aquellos que han vivido dolores como los del manantial de donde abrevan sus historias.

Luego de agradecer a su elenco, equipo técnico y al público en repetidas ocasiones, y ya con la emoción a flor de piel, la dramaturga pidió unas palabras al director general de Vinculación de la Secretaría de Cultura, Antonio Crestani, quien expresó su beneplácito por este montaje que, expuso, lo conmovió como hacía mucho que no le pasaba con alguna obra.

Felicitó a León y a su elenco y aseguró: “Estamos hablando de una dramaturga y directora de escena fuera de serie, que puede representar a México en una visión contemporánea, con una capacidad e hacernos reír, conmovernos y, más importante aún, de regresar esta parte ritual al teatro”.

“El día de hoy todos hemos comulgado con estos ritos y es algo que se agradece de la potencia que tiene el teatro de Conchi León, abundó el funcionario, para quien otro mérito de ésta es haber hecho de sus colegas en escena actrices de primerísimo nivel, que se encuentran engrandecidas con el trabajo de una señorona del escenario”.

Finalmente, Crestani hizo votos porque la solidez de las instituciones como la Secretaría de Cultura, el Instituto Nacional de Bellas Artes y el propio Centro Cultural del Bosque, seguirán sacando adelante la Cultura de este país, para que “recintos como el Granero, con tanta historia, sigan permitiendo presentar obras de excelentísimo nivel como la que acabamos de ver”.