Agencias. La bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados pidió a las autoridades federales, estatales y municipales, a redoblar los operativos para detectar los puntos de venta y manejo ilícito de pirotecnia.
El diputado Alberto Martínez, secretario de la Comisión de Protección Civil de San Lázaro sentenció que las autoridades están obligadas a velar para que las fiestas de fin de año sean tales y no se conviertan en “ceremonias fúnebres”.
Tras recalcar que el manejo inadecuado de los fuegos pirotécnicos puede derivar en tragedias como la ocurrida el pasado martes 20 de enero en el mercado de San Pablito, en el municipio de Tultepec, en el Estado de México, el congresista expresó su claro rechazo a ese tipo de artefactos que no solo implican un gasto innecesario, sino que provocan daños al medio ambiente y la salud.
Martínez Urincho remarcó que la pirotecnia contiene elementos cancerígenos, tóxicos y flamables sumamente peligrosos, que afectan la salud de quienes están expuestos y contaminan tanto el aire, suelo y agua.
Lo anterior, debido a que están elaborados con materiales como metales pesados, incendiarios, tóxicos y contaminantes que al ser liberados a través de explosiones, se dispersan en el ambiente.
Enfatizó que la explosión en el mercado de San Pablito debe ser razón suficiente para que las autoridades de los tres niveles de gobierno implementen medidas urgentes y de ser posible, prohíban el uso de cohetes y demás fuegos artificiales.
El legislador también hizo un llamado a los padres de familia y personas a cargo de menores, a que eviten en lo posible la compra de esos elementos que lejos de resultar un divertimento, no generan más que efectos negativos e incluso fatales, como los registrados esta misma semana en Tultepec.
La quema de cohetes, cohetones, luces de bengala y demás explosivos, dijo, puede generar desde quemadas leves e intoxicación hasta lesiones, quemaduras, pérdida de órganos, extremidades y hasta la muerte. “Es una quema inútil de dinero”, atajó.
“No hay que olvidar que los fuegos artificiales pueden provocar graves daños a la población, como quemaduras de tercer grado, cicatrices permanentes o ceguera, al igual que incendios a casas habitación o vehículos, además de que el ruido que ocasionan es nocivo y puede provocar lesiones auditivas”, insistió.
Como ejemplo, expuso que el estallido de un cohetón puede generar un estruendo de más de 190 decibeles, capaz de dañar permanentemente el sentido del oído, en especial en niños, adultos mayores y animales que también sufren episodios graves de estrés, ansiedad y desorientación.
Recalcó que los hechos del pasado 20 de diciembre se presentaron debido al uso irregular de la pirotécnica, asociada a la permisividad y omisión de las autoridades que deben asumir su responsabilidad.
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