AP. Esperemos que al final hayan salido todos juntos a tomarse un trago y reírse de lo ocurrido.
En cuanto a nosotros, olviden todo lo que vino antes — los discursos políticos y los llamados de inclusión, los emotivos crescendos y las galletas voladoras. El momento del que hablaremos por años será el Gran Error de los Oscar de 2017, cuando “La La Land” fue nombrada mejor película por una confusión corregida mientras los productores del filme pronunciaban sus alegres discursos. La verdadera ganadora, se supo después, fue “Moonlight”.
A continuación algunos de los momentos más notables de la ceremonia, incluyendo el más grande.
UNA FIESTA INAUGURAL BAILABLE
Justin Timberlake había prometido un número inaugural libre de política y no decepcionó. El astro del pop presentó un enérgico acto que comenzó en el vestíbulo y recorrió los pasillos de la sala. Mientras interpretaba el tema nominado al Oscar “Can’t Stop the Feeling”, chocó los cinco con celebridades como Denzel Washington y puso a las luminarias del cine a bailar por los pasillos. Kimmel dijo en chiste que si los antiguos compañeros de Timberlake en ‘N Sync lo hubieran visto, probablemente le permitirían volver a la banda.
OVACIÓN PARA LA “SOBREVALORADA” MERYL
En su monólogo, Kimmel hizo chistes sobre su némesis Matt Damon y la edad del director galardonado de “La La Land” Damien Chazelle, de 32 años. Pero reservó sus frases más filosas para la actriz a la que el presidente Donald Trump llamó “sobrevalorada”: la multipremiada Meryl Streep, nominada por 20ma ocasión al Premio de la Academia. Kimmel dijo que Streep había “superado la prueba del tiempo con sus muchas actuaciones sosas y sobrevaloradas” y que “nos engañó en más de 50 películas”. Streep, quien ha criticado a Trump abiertamente, recibió una ovación de pie.
UN VERDADERO “TALENTO OCULTO” SE APARECE
Solo dijo “gracias”, pero fue un momento emocionante. La exmatemática de la NASA Katherine Johnson, de 98 años, una inspiración para el filme “Hidden Figures” (“Talentos ocultos”), fue llevada al escenario ante una estruendosa ovación. La presentó la actriz Taraji P. Henson, quien la interpretó en el filme nominado a mejor película, y las otras actrices que hicieron de matemáticas negras de la NASA en la cinta, Octavia Spencer y Janelle Monae.
UNA NOCHE HISTÓRICA PARA VIOLA DAVIS
Viola Davis dio uno de los discursos más emotivos de la noche cuando ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto por “Fences”.
“Me convertí en una artista, y gracias a Dios que lo hice, porque somos la única profesión que celebra lo que significa vivir una vida”, dijo entre lágrimas.
Davis había ganado un Tony por el mismo papel de esposa devota en la obra de August Wilson, también estelarizada por Denzel Washington. Agradeció al dramaturgo August Wilson por “exaltar a la gente común”, dijo.
LA 21ra ES LA VENCIDA
Si hubo más aplausos de lo normal para el premio a la edición de sonido, fue porque Kevin O’Connell ganó su primer Oscar luego de 21 intentos, y tras no haber sido nominado desde 2007. La suya era la racha perdedora más larga en la historia de los Oscar. O’Connell ganó por su trabajo en “Hacksaw Ridge.”
“No puedo siquiera decirles lo que esta experiencia fue para mí”, dijo O’Connell entre bambalinas después de su anhelada victoria. “Es la mejor sensación que he tenido en toda mi vida”.
UN DISCURSO POLÍTICO, IN ABSENTIA
El más político de los discursos fue el de un ganador que no estuvo presente. Cuando “The Salesman” (“El viajante) de Irán, dirigida por Asghar Farhadi, fue nombrada mejor cinta en lengua extranjera, la astronauta iraní Anousheh Ansari recibió el premio en su nombre; Farhadi se quedó en casa para protestar por la prohibición a viajeros de siete países mayoritariamente musulmanes impuesta por Trump.
“Mi ausencia es por respeto a la gente de mi país y a aquellos de las otras seis naciones que han sido ofendidas por la ley inhumana que prohíbe la entrada de inmigrantes a Estados Unidos”, dijo Farhadi en una declaración leída por Ansari.
Fue el segundo Oscar para Farhadi, quien ganó la misma categoría en 2012 por “Una separación”.
“Dividir el mundo en categorías de ‘nosotros’ y ‘los enemigos’ crea miedo”, escribió Farhadi. “Una justificación engañosa para la agresión y la guerra”.
AUTOBUS TURÍSTICO
No todos los autobuses turísticos de Hollywood valen la pena. Pero este sí.
Un grupo de turistas desprevenidos fueron llevados de paseo a la ceremonia de los Oscar el domingo por la noche. Kimmel le dijo al público en el Teatro Dolby que el grupo pensaba que iba a una exhibición de vestidos y esmoquins del Oscar. “Pero no les dijimos”, dijo Kimmel, “que iba a haber gente usándolos”.
Las luces se apagaron en el teatro cuando entró el grupo, que fue aplaudido por la realeza de Hollywood.
Entre los turistas estaba Gary Cole de Chicago, que rápidamente fue tendencia en Twitter con el hashtag #GaryFromChicago, y los Bulls de Chicago le ofrecieron boletos para su partido.
GALLETITAS DEL CIELO
En los Globos de Oro sirven cena, pero en los Oscar la gente está con hambre. Así que Kimmel y los productores repartieron dulces, palomitas de maíz y también galletitas, que llegaron desde lo alto en pequeñas bolsitas que parecían paracaídas. Kimmel bromeó que quizás para ahorrar tiempo los Oscar deberían entregarse de ese modo el próximo año.
MUY BIEN MAMÁ
Los ganadores a menudo le agradecen a sus madres, pero Benj Pasek, uno de los galardonados a mejor canción original por “City of Stars” de “La La Land”, hizo una mención muy especial a su progenitora. “Quiero agradecerle a mi mamá que es increíble y que me acompaña hoy y que me permitió dejar el fútbol del JCC (Centro Judío Comunitario) para estar en un musical de la escuela”, declaró. “Así que esto se lo dedico a todos los niños que cantan bajo la lluvia y a todas las mamás que se los permiten”. Otra madre que tuvo una gran noche fue la de Lin-Manuel Miranda, que oyó a Kimmel anunciar al mundo que su hijo era un tesoro nacional. (Miranda estaba nominado a canción original por “How Far I’ll Go” de “Moana”).
HOLLYWOOD COMETE UN ERROR GARRAFAL
Chazelle ganó el premio al mejor director por su exuberante dirección de “La La Land”, Casey Affleck ganó como mejor actor por su abrasadora interpretación en “Manchester By the Sea”, y Emma Stone el de mejor actriz por su luminoso trabajo en “La La Land”. Entonces se produjo el error garrafal. Ahora sabemos por qué Warren Beatty lució tan confundido cuando dejó que Faye Dunaway leyera el nombre del filme ganador: “La La Land”. Y luego vino la corrección, y los gritos ahogados, y los silbidos, y el caos general.
Como dijo el director de “Moonlight” Barry Jenkins anonadado: “Ay, Dios mío”.
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