Mujeres en la política, con muy poco que resaltar en México

Cortesía.

Por: Carlos Muñoz.

Celebrando el Día Internacional de la Mujer existen tanto puntos positivos como negativos alrededor del mundo, que decir del caso mexicano, donde los rubros donde las mujeres han destacado en mayor fuerza son el periodismo, la literatura y, por supuesto, el deporte, aunque los nombres son contados.

En México hablar de Carmen Aristegui, Isabel Miranda, Ana Gabriel Guevara, Paola Longoria, María del Rosario Espinosa es síntoma de éxitos constantes en cada una de sus áreas de trabajo, donde hasta 2017, son pocos los logros que podemos ver a nuestro alrededor, más bien seudo intentos ante las pobres políticas del gobierno a su favor.

Asimismo, alrededor del mundo habría que destacar los casos de Margaret Thatcher, Rosa Luxemburgo, Simone Weil, Angela Merkel y demás con mujeres que han tenido mucha influencia en la política y que ha rendido verdaderos frutos, dejando huella.

De igual manera, el tema de las mujeres en el mundo de la política mexicana es polémico, aunque han existido dos casos que destacar históricamente. El primero, el 3 de julio de 1955 cuando la mujer votó por primera vez en una elección en los tiempos de Adolfo Ruiz Cortínez y el segundo cuando Beatriz Paredes se convirtió en la primera gobernadora de un estado de la república, en este caso, Tlaxcala.

Desde hace varios años solo hemos escuchado pobres historias, resaltando los casos de Elba Esther Gordillo, Angélica Rivera; esposa del Presidente Enrique Peña Nieto y, por supuesto, Karime Macías, quien junto a Javier Duarte de Ochoa han saqueado el estado de Veracruz.

Que decir del caso de Puebla con nombres como el de Blanca Alcalá Ruiz, Dolores Parra, entre otras, las cuales han pasado con más pena que gloria recibiendo incluso el respaldo de sus respectivos partidos políticos, organismos de doble filo que no han sabido ejercer la llamada equidad de género ni otros temas relacionados.

No hace falta decir que faltan años luz para que una mujer gobierne a México, independientemente de los pobres esfuerzos de Josefina Vázquez Mota y ahora Margarita Zavala. Más allá del juicio hacia las mujeres, el mismo gobierno debería de mejorar sus políticas para valorar y apoyar el trabajo de millones de mujeres, las cuales son mayoría en México, muchas de ellas sin voz ni voto.