¿Cuánto se puede rebajar el récord de los 100 metros lisos?

Muy Interesante.- Las marcas no dejan de caer. ¿Hay límite a la velocidad a la que puede correr un ser humano?

En su primer estudio sobre el tema (año 2002), previo a la irrupción de Usain Bolt, y tomando como base la evolución de los registros del siglo XX, el estadístico australiano Kevin Duffy cifró en 9,48 segundos el límite humano para la distancia, y puso fecha a la consecución de tal marca: el año 2162.

Según su estudio, los 9,69 segundos de Bolt de los juegos de Pekín (2008) habrían llegado en 2030, y el actual récord (los 9,58 segundos fijados en 2009 por el velocista jamaicano) se habría conseguido en 2070. Bolt destrozó las predicciones de Duffy, y entonces las miradas giraron hacia la biomecánica, la ciencia que estudia las fuerzas y las aceleraciones que actúan sobre los organismos.

Tres factores en contra
Hay tres cosas que limitan la velocidad humana: la fuerza del contacto con el suelo, la fricción del pie con el terreno y el ángulo de la pisada. Según el biomecánico y fisiólogo estadounidense Peter Weyand, solo a través del cambio del primero se puede lograr una reducción importante del tiempo.

Este especialista dice que si los atletas desarrollaran una técnica que aumentara la fuerza de su pisada sin que eso perjudicara la frecuencia de los pasos, podrían bajar de los nueve segundos. El fisiólogo australiano Jeremy Richmond cree que la clave está en reducir el tiempo que los pies de los corredores pasan pegados al suelo. Según él, Bolt podría recorrer cien metros en 9,27 segundos.

Otra de las claves es alargar el pico de velocidad. Bolt ha llegado a correr a entre 42 y 44 km/h durante algo más de 30 metros. Según algunos expertos, el aumento de ese máximo no sería tan significativo como mantenerlo durante más distancia. Matthew Bundle, biomecánico de la Universidad de Wyoming, sostiene que la capacidad de contracción de los músculos permitiría al ser humano alcanzar los 64 km/h. Eso significaría bajar de los siete segundos en los cien metros lisos, poca cosa comparada con lo que podría hacer un guepardo.