Salud sexual y reproductiva al más alto nivel, derecho ciudadano: Conapo

Foto: cuartoscuro.

Notimex.- La salud sexual y reproductiva en México debe incorporar a los hombres como otro de los actores principales en el ejercicio de este derecho y no solo a las mujeres, porque de esa manera les permitirá a ambos involucrarse y ser corresponsables de las decisiones en la materia.

Para ello, es necesario realizar un análisis más amplio e incluir información de los varones sobre esa temática, a fin de diseñar estrategias más incluyentes y con equidad de género, señala el Consejo Nacional de Población (Conapo).

En el libro titulado: “Situación de la Salud Sexual y Reproductiva“, el organismo de la Secretaría de Gobernación detalla los resultados de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID, 2014) comparados con los obtenidos en la muestra realizada en 2009.

La más reciente incluyó dos instrumentos, el “Cuestionario para el Hogar”, que recaba información sobre algunas características de las viviendas y sus residentes y la de “Módulo para la Mujer”, dirigido a la población femenina de 15 a 54 años de edad.

La encuesta ha permitido al Conapo informar de la salud reproductiva, ya que proporciona un panorama a nivel nacional y estatal de las principales necesidades de la población en esta materia, lo cual es útil para la evaluación y construcción de políticas públicas que garanticen el acceso a los derechos básicos de la población.

Además permite la continuidad con otros estudios dirigidos a la captación de información sobre la dinámica demográfica en México sobre los niveles de fecundidad, mortalidad infantil y los movimientos migratorios.

La Secretaría General del Conapo pretende que el libro sea de utilidad para el diseño de programas y estrategias que favorezcan a la mujer gozar de la salud sexual y reproductiva y, además, ejercerla conforme a sus derechos, autonomía y libre decisión.

Pero, buscando en todo momento una mayor participación masculina, que les permita a ambos involucrarse y ser corresponsables de las decisiones en materia de sexualidad y reproducción, a fin de establecer relaciones más igualitarias y recíprocas.

De acuerdo con la publicación, “los derechos sexuales y reproductivos son parte integral de los derechos humanos y para hacerlos respetar es necesario contar con información confiable y actualizada sobre el tema, que permita focalizar y evaluar los programas gubernamentales que tengan mayor impacto sobre la población”.

Asimismo, garantizar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos es fundamental porque se consolidan como derechos humanos en tanto protegen la vida y la integridad de las personas.

“Incluyen el derecho de todos los individuos a acceder libres de coerción, discriminación y violencia, al más alto nivel posible de salud sexual, incluido el acceso a métodos anticonceptivos seguros, eficaces, asequibles y oportunos”.

En el libro que consta de ocho capítulos menciona un panorama demográfico y las principales características de las mujeres en edad productiva las principales transiciones a la vida sexual y reproductiva, fecundidad; preferencias reproductivas y embarazo no planeado y no deseado.

En otro capítulo titulado: Anticoncepción, detalla el conocimiento funcional de métodos anticonceptivos; necesidades no satisfechas de métodos anticonceptivos y salud materna en México.

De acuerdo con la ENADID 2014, la edad en la que la mujer inicia su vida sexual, señala que las que no tienen escolaridad empezaron a los 15.9 años y las que cuentan con primaria incompleta a los 16.5 años; las que tienen primaria terminada a los 16.8 y 17.5 años.

En este caso se observa que las mujeres con bajo nivel de escolaridad tienen una mayor posibilidad de tener un hijo a una edad más temprana.

Las adolescentes seguidas de las jóvenes fueron las que hicieron un mayor uso de métodos comparadas con el resto de mujeres en los demás grupos de edad. Sin embargo, casi la mitad no tuvo prevención para evitar un embarazo no planeado o una Infección de Trasmisión Sexual (ITS).

En ese sentido, el uso de anticonceptivos en la primera relación sexual depende del nivel escolar, las mujeres con primaria o menos, lo usaron menos a diferencia de las que cuentan con secundaria o más, fue 10 veces más que las que no tienen escolaridad alguna.

A la pregunta del motivo por el que decidieron no usar algún método anticonceptivo en su primera vez, obedece al desconocimiento y la falta de información, seguida de que el no uso se debió al deseo de embarazarse y otras señalaron que no planeaban tener relaciones sexuales o porque creían que no se iban a embarazar.

Los métodos anticonceptivos más usados por las mujeres son la oclusión tubaria bilateral (OBT) o mejor conocida como salpingloclasia; el DIU y el condón masculino, que aunque tuvieron un ligero descenso en la encuesta de 2014, respecto a la de 2009, se mantuvieron entre las preferencias de las féminas.

De acuerdo con la muestra, el condón masculino es el más usado por las adolescentes con 38.1 por ciento; le sigue el uso del implante subdérmico con 11.1; y las inyecciones con 10.8; las pastillas 5.6 y los métodos tradicionales 4.9 por ciento.

Mientras que las de 20 a 24 años, el 97.3 por ciento de las usuarias recurre a siete métodos para evitar embarazos, pero la preferencia es por el condón masculino, 28.1 por ciento y el DIU con 27.8; las inyecciones 11.0; el implante subdérmico 10.3; la OBT 6.4 por ciento y los tradicionales 5.4 por ciento.

En el grupo de 25 a 29 años, optan por el DIU con 24.6 por ciento; la OBT con 24.1 y el condón masculino con 19.9 por ciento; las 30 a 34, la OBT se convierte en el mecanismo más utilizado, seguido del DIU con 18.1; de 35 a 39 años, más de la mitad usa OBT con 56.2 por ciento.

Este último método lo prefieren también quienes tienen una edad de 40 a 44 años y de 45 a 49, lo cual indica que en estos grupos es más marcada la necesidad de limitar los nacimientos.

La publicación describe los alcances y limitaciones de la encuesta que permitirán dimensionar los resultados básicos obtenidos, así como mostrar áreas de oportunidad para encuestas posteriores.