Notimex. Inspirada en la coreografía del británico Kenneth MacMillan, el ballet “Manon, una historia de amor y decadencia”, a cargo de la Compañía Nacional de Danza (CND) del Instituto Nacional de Bellas Artes se llevó los aplausos la víspera en la segunda función de su temporada.
Acompañada por la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección de Srba Dinic y la música de Jules Massenet, la agrupación hizo gala de un atractivo despliegue coreográfico de esta adaptación de la novela “L’Histoire du Chevalier des Grieux et Manon Lescaut”, del escritor francés Abate Prévost.
La historia se centra en dos jóvenes, una atractiva muchacha destinada al convento y un estudiante de teología que se enamora perdidamente de ella y con quien huye a París, donde la falta de dinero pone al descubierto sus auténticas formas de ser.
Por un lado, Manon, encarnado por Greta Elizondo, mujer ambiciosa que aspira por encima de todo al lujo y a la comodidad, hasta llegar a la traición y prostitución, mientras Des Grieux, caracterizado por Sebastian Vinet, ingenuo y débil, cae en el juego y la violencia.
En medio de escenografías simples y casi en total penumbra sirven de marco a esta coreografía dividida en tres actos, que toca temas como las carencias, la prostitución, violencia y corrupción, todo ello, ambientado en una especie de taberna.
Tras vivir un tiempo juntos, el padre de Des Grieux va por él, dejando sola a Manon, quien se dedica a aprovechar su belleza y juventud para vivir plenamente; sin embargo, después de enterarse que su amado está por convertirse en abate, va en su rescate.
La suerte no favorece a la pareja, no obstante el gran amor que se profesan. En un lujoso salón de juego, Des Grieux es acusado de fraude y ella deportada. Aunque el joven enamorado va a rescatarla camino a su destierro, Manon está sumamente debilitada y pierde la vida en los brazos de su amado.
Con un vestuario de época, prostitutas, cortesanas, mendigos, mujeres de pueblo, sirvientes, soldados y gente corrupta, son algunos de los personajes que figuran en el montaje de 90 minutos.
Kenneth MacMillan se inspiró en el cine negro de los años 50, de Inglaterra, para crear la mayoría de sus coreografías, su interés fue representar a través del ballet, la naturaleza humana, las emociones y la belleza de lo ordinario.
Giros, saltos, cargadas, saltos en el aire, solos y mucha pasión por el ballet se evidencian en cada coreografía, presente a través del selecto cuerpo de bailarines, quienes hacen un desgaste físico notable y virtuoso.
Operísticamente, “Manon” es una de las más populares y perdurables dobras de Jules Massenet, hilarante, con tintes de pasión y de amor, con un final trágico.
“Manon” fue estrenada en 1884 en el Teatro Nacional de la Opéra-Comique de París. A México llegó 15 años después, ya que fue en 1899 cuando se representó por primera vez en el Teatro Renacimiento, en tanto que su primera función en el Palacio de Bellas Artes tuvo lugar en 1937.
La obra tendrá funciones todavía los días 20, 22, 24 y 25 de este mes en el recinto situado en Av. Juárez y Eje Central, en la zona centro de esta ciudad.
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