Notimex.- Al recorrer las calles de la capital potosina es fácil encontrar diversas muestras de talento en cada una de ellas, expresiones artísticas como la de los payasos, estatuas vivientes, cantantes, malabaristas, performance y músicos, que sorprenden y hacen reír o bailar diariamente a quienes por un momento se detienen a disfrutar su espectáculo.
Los llamados artistas callejeros o urbanos se ganan la vida a través de esta actividad artística, la cual les ha permitido sostenerse y sacar adelante a sus familias por años, pero también están quienes de una u otra forma buscan asombrar al público o arrancar una sonrisa, llevando un poco de alegría a sus espectadores, en especial a quienes se dirigen a públicos infantiles.
Un ejemplo es el performance de Luis Palacios, quien se caracteriza con diversos atuendos de personajes como el hombre araña, sombrerero loco, minotauro, estatua viviente, entre otros, sólo por la satisfacción de ver la sonrisa y asombro de un niño.
Al respecto, indicó que fueron éstos quienes lo motivaron a buscar más disfraces atractivos para ellos y seguir en esta actividad.
“Inicié como estatua viviente y los primeros seguidores fueron los niños, fue maravilloso ver la expresión y emoción en los niños al verme lo que me llevó a continuar con caracterizaciones de diversos personajes que les gustan a ellos, como el hombre araña, me encanta ver esa emoción de ver a sus super héroes en vivo aquí, en la zona centro”, apuntó.
Caracterizado en esta ocasión como “Scorpion”, un personaje del videojuego “Mortal Kombat”, señaló que decidió complementar sus personajes con algo más que le permitiera desarrollar mejor su papel.
“Por eso me metí a estudiar pantomima y expresión corporal, además de equilibrio físico, actualmente estoy estudiando caracterización”, indicó.
Palacios destacó que no es nada fácil ponerse el atuendo de un personaje; detrás hay una gran preparación que les permite soportar estar largas horas parados o inmóviles, además de tolerar el peso de los trajes y las inclemencias del tiempo.
Sostuvo que en los 9 años que lleva trabajando, también tiene que lidiar con gente intolerante al arte urbano.
“Desgraciadamente también hay gente que no valora el traer un traje al que se está expuesto a las inclemencias del sol, calor, frio o lluvia, a veces hasta por más de 10 horas y con el que nos ganamos la vida honestamente llevando diversión al público”, expresó.
Por su parte, Carlos Santacruz Arvizu, mejor conocido como “Roy”, es un artista que se desempeña como payaso y acude cada fin de semana a la Plaza del Carmen con el objetivo de llevar diversión a todo el público, pero en especial a los niños.
“Soy payaso 100 por ciento”, indicó quien los fines de semana acude a la Plaza del Carmen y entre semana trabaja con su propio show en eventos.
“Hacemos reír a la gente con lo que hacemos y a cambio nos regalan una moneda y con eso me ha permitido sacar adelante a mi familia”, precisó.
Indicó que proviene de una familia muy seria, conservadora y formal en donde casi nunca se realizaban festejos, así que cuando creció decidió perpetuar su niñez llevando siempre esa alegría de los niños a chicos y grandes a través del trabajo de payaso, “porque las sonrisas son el idioma de la felicidad”.
“Ser payaso no es fácil y más cuando se trabaja en la calle, hay que tener tacto para saber dirigirse al público adulto que a veces no viene de buen humor, con los niños es otra cosa: siempre están sonrientes y alegres”, expresó.
“Al igual que todos, agregó, aquí también hay temporadas buenas y malas, aquí no se puede enfermar uno por que todo se viene abajo económicamente, a pesar de que somos muy unidos los payasos y todos nos apoyamos unos a otros”, manifestó.
Recordó una de las experiencias más emocionantes que ha vivido como payaso, en la cual fue contratado para mostrar su show al cumpleaños de un pequeño que lamentablemente tenía cáncer y al que pudo llevar un rato de alegría en sus últimos momentos.
“Recuerdo muy bien al niño que reía y se carcajeaba durante el show a pesar de estar ya muy enfermo, se encontraba en una silla de ruedas porque no podía caminar; a la semana me llamó su mamá para darme la mala noticia de que había muerto y es algo que me marcó, pero a la vez me llenó de satisfacción haber podido llevarle felicidad en sus últimos días, lo tengo muy presente aún “, afirmó.
Otro talentoso artista urbano es Don Espiridión Herrera, quien desde hace más de 50 años toca la Jarana y canta junto con sus cuatro compañeros Sones Huastecos, la cual también es conocida como música Huapanguera y que al ritmo del violín, la quinta y su jarana ponen siempre a bailar cada tarde al público asistente.
Comentó que nació en el estado de Veracruz, pero fue criado en el municipio de Tampamolón Corona, en San Luis Potosí, en donde desde pequeño creció escuchando la música huasteca que interpretaban su padre y abuelo.
Fue a los 8 años que por fin pudo tocar la Jarana y años más tarde, sobre la marcha, también aprendió a realizar la poesía cantada en versos que caracteriza la trova huasteca.
“Trovar no es nada fácil, ya que hay que improvisar y buscar palabras que rimen con lo que se está hablando pero con el tiempo uno aprende a realizar todo esto al ritmo de la música”, aseguró.
A sus 59 años, comentó que ahora se puede dar el lujo de tener la música como un pasatiempo, el cual disfruta porque es parte de las raíces de nuestros antepasados.
“Ya trabaje más de 20 años como trabajador de gobierno, ahora estoy pensionado, me gusta hacer esto y lo sé hacer bien creo yo, así que si sale algún tributo o evento, pues lo hacemos con mucho gusto porque nos gusta la música huasteca”, apuntó.
Estos artistas Urbanos dan otro sentido a las calles de San Luis Potosí, quienes diariamente presentan sus números a diversos tipos de espectadores, convirtiéndolos en un atractivo más de la ciudad potosina.
No Comments
Comments for Necesidad y gusto por el arte lleva a potosinos a convertirse en artistas urbanos are now closed.