Redacción. Ni maestro ni leyenda, sólo un actor que sigue en el camino, que sigue aprendiendo. Así habla Ignacio López Tarso sobre las diferentes etapas de su trayectoria. Aunque sabe que su talento contribuyó al impulsó de la llamada Época de Oro del Cine Mexicano, asegura que sentirse superior y considerarse el máximo referente de la actuación en el país no es algo que le interese.
Aunque su carrera en televisión y cine logró despuntar y consolidarse en Ciudad de México, López Tarso reconoce que en Guadalajara, durante su infancia, se germinó el amor por el teatro, una de sus más grandes pasiones. Fue en la capital jalisciense donde años después se sumaría a caravanas escénicas que por toda la República inauguraban teatros, carpas y recintos donde el drama, las pasiones y tragedias clásicas serían el inicio de su adicción a la tarima, a la dramaturgia, al aplauso del público.
Cincuenta y cinco años después Ignacio López Tarso retornó a Guadalajara y aunque procura que su ausencia en tierras tapatías no sea prolongada, su más reciente visita significa uno de los mayores reconocimientos de su trayectoria a iniciativa del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que decidió reinaugurar su tradicional Teatro de Guadalajara bajo el nombre del afamado actor que también fue responsable de brindar la primera función de este emblemático recinto con la obra “Un tigre a las puertas” en 1962.
“Todas las obras de teatro que he interpretado en la Ciudad de México las he llevado a Guadalajara, he estado en todos sus teatros, desde el Degollado, Galerías, el Diana, muchas veces en el del IMSS. Tengo muchos recuerdos desde niño, la primaria la estudié en Guadalajara en el Colegio Jalisco, ni siquiera pensaba en ser actor y cuando me convertí regresé cada vez con más frecuencia”.
Con más de 400 funciones de “Un Picasso”, el montaje sigue entusiasmando a Ignacio López Tarso, quien ahora de la mano de Gabriela Spanic —tras una temporada con Aracely Arámbula— sigue de gira nacional con presentaciones semanales que aun contemplan ciudades del Estado de México, Querétaro, Zacatecas, San Luis Potosí y Guanajuato, por ejemplo, además de la posibilidad de retomar la puesta “Aeroplanos” en próximos meses junto a Manuel “El Loco” Valdés.
“No he tenido nunca problemas de que quiero trabajar y no puedo físicamente, siempre he estado en disposición y cuando no puedo tomo un descanso para regresar. Seguiré trabajando, estoy con buena salud a pesar de mi edad, tengo capacidad física, mental, espiritual y emotiva, puedo seguir trabajando durante mucho tiempo más”.
No es prioridad llevar su vida a una teleserie
No dejarse dominar por el ego ni por la presión de la edad han sido consignas que López Tarso mantiene y para muestra reflexiona sobre la vitalidad corporal que tiene a sus 92 años. Aunque las enfermedades y desgastes han pasado factura al primer actor, el protagonista del filme “Macario” asegura que el interpretar personajes más adultos a su edad le han ayudado a no obsesionarse con el envejecimiento, actuaciones que desde joven supo apreciar para demostrar su madurez y potencial en cada diálogo.
“Desde muy joven hice personajes mucho mayores a mi edad, la caracterización era total, no solo en la cara sino en el cuerpo, eran caracterizaciones por dentro. Hay personajes que se me escapan porque ya no tengo la edad requerida, de joven hice muchos personajes así de Shakespeare, de los griegos con Edipo Rey, que fueron personajes mayores y ahora también estoy en muy buena edad para hacerlos. Tengo 92 años, estoy en edad perfecta, ahora le daría mayor seguridad. Pero también hice a Hamlet y Romeo que eran jóvenes cuando era más adulto”.
Respecto a su trayectoria, aunque la disposición de López Tarso está más que puesta para que su vida actoral sea reflejada en una teleserie, película o libro, el actor señala que de momento no existe una propuesta formal y ni siquiera piensa en qué actor podría interpretarlo: “No he pensado en eso, no me lo han ofrecido y ni preocupo mucho por eso, si llega la oportunidad ya lo discutiré a su tiempo”.
Educación base
El talento nato existe, pero ahora los contenidos audiovisuales, desde el teatro al streaming, exigen más modelos y roles de actuación, puntualiza López Tarso al considerar que las nuevas generaciones actorales no deben olvidarse de la formación académica, de la importancia que las escuelas de actuación tiene para preparar histriones multifacéticos capaces de romper con los melodramas tradicionales y predecibles.
“Siempre pido que en mis obras haya gente joven y cuando hice al ‘Rey Lear’ iniciaban nuevos talentos que ahora son famosos como Alejandro Camacho, Alejandro Tomassi, Humberto Zurita y Blanca Guerra, todo eso fue provechoso. Los jóvenes tienen capacidad física, intelectual y mental y eso ayuda a los actores consagrados. Cuando fui joven me topé con actores experimentados como Carlos López Moctezuma, los hermanos Soler, Pedro Armendáriz, todos ellos me dieron experiencia, inicié con ellos mi carrera, con ellos aprendí y ahora lo sigo haciendo con los jóvenes”.
¿Cambios culturales?
Si bien Ignacio López Tarso considera que el panorama de políticas culturales que actualmente vive México es estable y prometedor, el primer actor reconoce que las reducciones a los presupuestos culturales han significado un atentado al desarrollo artístico que debe ser resuelto con prioridad.
“Hay que aumentar el apoyo a la cultura. La nueva Secretaría de Cultura a cargo María Cristina García Cepeda, ella está haciendo muy buena labor, las autoridades culturales están en buenas manos en este momento, pero falta más apoyo y mayor presupuesto, que haya continuidad en los esfuerzos porque a veces se realizan fuertes inversiones y luego no hay continuidad, eso falta para lograr buenos frutos”.
PARA SABER
Orígenes
El apellido Tarso no es originario de la madre del actor, Ignacia López Herrera ni de su padre Alfonso López Bermúdez. El nombre de pila del primer actor es Ignacio López López, pero el Tarso lo tomó por su admiración al apóstol romano Pablo de Tarso, apellido que tomó como complemento a su nombre artístico al inicio de su trayectoria actoral.
LA FRASE
“He compartido un legado de disciplina actoral. Siempre me ha sido importante tener orden en mi trabajo y vida personal, me sigo preparando profesionalmente y cuidando mi salud para poder seguir, eso es lo que me propongo”.
Ignacio López Tarso, histrión
(Con información de El Informador)
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