Mejor con Salud.- Todos estamos expuestos a sufrir dolor en las rodillas, por ello es importante seguir las recomendaciones antes de cada de actividad física y, sobre todo, estirar las articulaciones
¿Te estás provocando dolor en las rodillas? Muchas veces los malos hábitos provocan irregularidades en su función.
Pero, ¿para qué sirven? Las rodillas no solo se encargan de darle estabilidad al cuerpo, también permiten la flexibilidad al doblar y estirar las piernas.
Sin ellas no podríamos caminar, correr, saltar o girar.
Entre las partes que contribuyen en dichas funciones encontramos:
Músculos
Ligamentos
Tendones
Huesos
Cartílagos
Así las cosas, cuando cualquiera de esas partes sufre una lesión, es posible que se presente dolor en las rodillas.
No importa la edad: tanto niños como adultos mayores pueden sufrir este problema.
Síntomas
Las manifestaciones varían según la causa del problema. Pero generalmente hay:
Inflamación y rigidez
Enrojecimiento
Calor en la zona
Pérdida de equilibrio
Crujidos al hacer un movimiento
Problemas para enderezar la rodilla por completo
¿Cuándo debo preocuparme?
Te resulta imposible soportar el peso en la rodilla.
Hay hinchazón exagerada en la zona.
Presentas dolor intenso al extender o doblar la rodilla.
Se observa una deformidad.
Aparición de fiebre, así como dolor en la rodilla.
Sensación de que la rodilla se sale de su sitio.
¿Qué lo provoca?
Cualquier anomalía mecánica en las rodillas se puede desarrollar por:
Un golpe o movimiento brusco que desarrolle una torcedura.
Osteoartritis de la rodilla causada por el uso y desgaste de sus partes.
Enfermedades reumáticas como la artritis reumatoide.
Sobrepeso: El exceso de grasa aumenta la presión en las articulaciones. Por lo tanto, los cartílagos se deforman.
Sedentarismo: Cuando nos mantenemos en una sola posición durante horas los músculos pierden fuerza, la cual se encarga de proteger las extremidades inferiores y superiores.
La edad: Con el paso del tiempo los cartílagos de la rodilla y sus mecanismos van perdiendo líquido, elasticidad y flexibilidad que permiten realizar movimientos.
Deportes extremos: Hay prácticas un tanto agresivas en las que las articulaciones de las rodillas terminan dañadas.
Zapatos de tacón: La presión que se ejerce al utilizar este tipo de calzado hace que la columna adquiera una postura no natural y las rodillas reciban el doble de carga.
¿Cómo se diagnostica?
Al primer síntoma de dolor en las rodillas, es necesario que el paciente acuda con un especialista, que seguirá estos pasos:
En primer lugar, le hará una serie de preguntas al afectado para obtener sus antecedentes médicos.
Posteriormente se realizará un examen físico.
En casos inciertos se indica la toma de radiografías, densitometrías y tomografías computarizadas, así como resonancia magnética, artroscopias o biopsias, según sea el caso.
Tipos de lesiones
Bursitis: Es una inflamación que se genera por la presión constante sobre la rodilla (por ejemplo, al arrodillarse por mucho tiempo).
Dislocación de la rótula: Se presenta cuando el hueso de forma triangular que cubre a la rodilla se desplaza.
Síndrome de la banda iliotibial: Es una lesión de la banda gruesa que va desde la cadera hasta la parte exterior de la rodilla.
Dolor en la parte frontal y el centro de la rodilla.
Rotura de los ligamentos: Puede provocar sangrado en la rodilla, hinchazón o desequilibrio en la rodilla.
Esguinces: Lesiones menores en los ligamentos causados por torceduras.
¿Cómo se puede prevenir el dolor en las rodillas?
Es claro que en situaciones de riesgo, como accidentes, no se pueden prevenir las consecuencias. No obstante, hay otras ocasiones en las que sí se puede hacer algo al respecto, por ejemplo:
Se recomienda caminar y realizar ejercicios de estiramiento antes de practicar cualquier deporte.
Los músculos necesitan fortalecerse, por ello hay que levantar pesas, andar en bicicleta y practicar ejercicios aeróbicos.
Hay que tratar de llevar un ritmo en las rutinas de ejercicio, pues los cambios bruscos aumentan el riesgo de padecer una lesión.
La clave está en ir aumentando poco a poco, tanto en términos de fuerza como duración.
Uno de los puntos más simples pero frecuentes es el mal uso del calzado. Tiene que ser cómodo y estar en buenas condiciones.
Si quieres mantener un peso adecuado para evitar una presión exagerada en las rodillas, la actividad física es una obligación. Se recomienda practicarla, por lo menos, 3 veces a la semana.
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