Por: Brenda Serrano Trujillo.
El comienzo del penúltimo mes del 2017 está corriendo; estos días se caracterizan por la remembranza y honorabilidad para aquellos que pisaron el planeta tierra, en alguna época, y ahora ya no se encuentran en el mundo físico. Sólo permanecen recordados en las memorias de los vivos o quizás ¿En otro espacio desconocido por el que está despierto?
Desde el 28 de octubre hasta el 1 de noviembre pusieron ofrendas en diversos lugares, en el CCU (Complejo Cultural Universitario) y en algunos trabajos como en el Contactus Center, que hacen concursos para verificar cual es la mejor exposición de muertos. Cada una tiene pormenores que resaltan a simple vista o bien, les falta agregar componentes para atraer la atención o al público.
El significado de la ofrenda
No todos tienen la costumbre de poner una ofrenda, aunque sí es una tradición en un alto porcentaje de la comunidad mexicana. Especialmente, cuando un ser querido partió de este territorio se hace alusión a su persona, estancia y duración del tiempo que acompañó a los vivos, a sus gustos, intereses y en algunos casos, a sus aportaciones, dependiendo de las tareas personales que llevaba a cabo; profesión u oficio.
También, se pretende generar consciencia con ofrendas respectivas a las muertes ocasionadas por algún desastre natural o humano. Por ejemplo, la caída de las personas en el temblor del pasado 19 de septiembre. Es típico rendir honores a sectores que perdieron la vida heroicamente, representando un avance a la sociedad, a personajes famosos que plantaron un nuevo concepto, o plasmaron un poco de arte.
El misterio de los muertos
Se habla de los muertos como no se habla de los vivos. Cuando alguien muere trasciende a otro plano, los creyentes aseguran que adquieren otra vida, pero no desaparecen totalmente, ni se vuelven en polvo, como lo afirman los ateos. Después de la muerte ya no queda nada. Hasta el momento, esta disputa no tendrá una conclusión, ya que no se puede afirmar o negar completamente la existencia de “otra vida después de la muerte o de que no es su final para ese sujeto o ente”. El agnosticismo es por ello que pone en duda las dos posturas, no se apasiona por ninguna parte, pero su mente está abierta a las posibilidades.
Cuando alguien fallece las virtudes resaltan, y los defectos se amortiguan o tratan de olvidarse, ya que se tiene que recuperar lo mejor de ese individuo. Todos lloran perdidamente, no conciben su partida y lo único que desean es que retorne. Pero, frecuentemente entre familias, amores, amigos y conocidos ocurre que nace al arrepentimiento ante la ida de esa persona, ya que en la temporada en que estaba viva no la valoraban como se debía, inclusive podría ser rechazada, regañada o menospreciada por los otros, por diversas circunstancias.
En el momento, en que se marcha, los vivos quisieran reparar su conducta y tratan de reivindicarse rindiendo culto a su muerte, a través de flores, objetos o situaciones que adoraba el fallecido, dedicándole palabras y todo el tiempo posible para recordarlo. Sin embargo, todos lo ven, pero él o ella ya no.
Se ha dicho que el vivo llora más por sí mismo que por el muerto. ¿Por qué? Porqué el vivo es que el sufre, se desmorona porque ya no estará el otro sujeto acompañándolo, comprendiéndolo o cualquier otra acción que se hiciera en esa relación. El que respira siente, piensa, se tortura, teme, patalea, llora, entra en crisis, debe olvidar y pasar por el proceso de duelo, tendrá que afrontar lo que nunca quiso, no tiene opción. El inerte es probable que ya no sienta; por consiguiente, metafóricamente, se llevó con su muerte su propia felicidad y la del que lo añorará.
Así que en estas fechas se enaltece al muerto, es válido, ya que sin la rememoración el humano queda olvidado para siempre. No hay vuelta atrás. Es efectivo, pues a los antepasados, a los que han creado historia o prestigio se les puede recordar, por medio de dichas festividades con alegría y nostalgia. Empero, hay que tratar de estimar más al vivo y no hasta que abandona la tierra, ya que este último se puede ir con un dejo de decepción o tristeza antes de morir, sí de por sí la condición mortal es inesperada con sentimientos desagradables será aún peor.
Paradoja de la muerte: Todos la conocen, todos saben que es el destino de cada uno de los integrantes de la humanidad, le temen y le huyen, pero a la vez es tan esperada porque se considera un descanso, la paz final, el término de la angustia, dolor físico y emocional, y a cada instante es llamada. La muerte es idealizada y abstracta, pero está más próxima de lo que se piensa.
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