Muestra “Nubes y lágrimas” reflexiona sobre época actual

Notimex. Instalación, escultura y video en las que el artista alemán Michael Sailstorfer (1979) reflexiona sobre el desarrollo humano, integran la exposición “Nubes y lágrimas”, inaugurada anoche en la galería Proyectos Monclova.

La muestra que representa la primera exhibición individual del artista en México, explora el antropoceno (época en que vivimos), lo refuta y abre la posibilidad de imaginar un nuevo orden metafísico en el que el ser humano no sea el eje central privilegiado.

Las piezas están enfocadas a la duración, con lo que Sailstorfer indaga conceptos como la conciencia, el tiempo, el efecto de renacer y el desgaste. “El artista ofrece muchos temas que él toca en esta muestra de manera poética y sutil; comenta sobre el progreso, ese progreso que no nos lleva a nada, sobre la tecnología, sobre cuestiones humanas, pero lo hace con una poética moralista”, dijo a Notimex la directora del espacio, Polina Stroganova.

La exhibición gira en torno a lo que él ha llamado un “gato solar”, animal hecho de aluminio que, desde un pilar, observa la luz de una lámpara de neón con profunda serenidad, como si absorbiera con aplomo su luz estática. Esta pieza resulta en una presencia central, entre artificial y estoica, un tótem que habla de una conciencia pura y, tal vez, superior.

Rodeando al extraño animal, una serie de máscaras fundidas con arena en aluminio, bronce y hierro de arte africano y de Oceanía, hablan de la esencia de estos objetos ceremoniales, cuya intención final es esconder algo. Las marcas de sus moldes se conservan intactas en la superficie de las máscaras y hablan sobre su creación a través de sus cualidades físicas.

“Sailstorfer es un artista que trabaja con la escultura y lo que veremos son varias piezas que unen una propuesta escultórica que expande la noción del medio de la escultura, e incluye cierto aspecto tecnológico mezclado con una nostalgia y un toque de romanticismo.

Otra de las obras en exhibición consiste en una llanta de automóvil conectada a un motor que poco a poco se desgasta contra la pared de la galería, titulada “Zeit Ist Keine Autibahn-Mexico City” reflexiona, a través de su incesable movimiento y el olor a llanta quemada, sobre el paso del tiempo y su capacidad tanto de transformación como de destrucción.

Finalmente, se presenta con las dos piezas que dan nombre a la exhibición, en primer lugar se encuentra, Tränen (en alemán “lágrimas”), un video en el que dos lágrimas gigantes hechas de hierro caen y destruyen una casa en Bavaria. En segundo término, ‘Wolken Monclova’ (“Nubes Monclova”), una instalación de esculturas hechas de caucho de llantas que, como pesadas y negras nubes, cubren el cielo imaginario del espacio que las contiene, importando metafóricamente el cielo berlinés, y recordándonos una vez más los efectos del ser humano en el planeta a través de una metáfora profundamente literal.

La exhibición, que estará abierta hasta el 22 de diciembre y con la que este espacio cierra sus actividades del 2017, está llena de una discreta tristeza para reflexionar sobre la destrucción humana y a través de este discurso, quizá, proponer un nuevo orden en el que el ser humano no es el centro del universo ni su peor agente destructivo.