Futura posesión de la bandera mexicana

Foto: César Valdez.

Por: Brenda Serrano.

2018 se visualiza como un año prometedor. Nuevos itinerarios,  mayor número de empleos, mejor calidad de vida, oportunidades becarias para los estudiantes y juramentos proporcionados cada 365 o 366 días.

Se acaba el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto; por consiguiente, es la fecha de expiración de un período. Pero, comenzará otro, el cual podrá estar regido por un buen mandato, alcances sociales, económicos, tecnológicos e intelectuales dirigidos hacia los habitantes. O podrá ser gobernado bajo trampas, engaños, falsos compromisos y desigualdad de privilegios en ciertos sectores.

Se desconoce, pero se presiente. Los logros, de acorde al puesto actual presidencial, acrecentarán o bien, se disminuirán o erradicarán. Los próximos postulantes definirán estas dudas políticas a la población. Para ello se tiene que confirmar los nombres de los posibles gobernantes y propuestas de cada partido político.

Hasta el momento, sólo se sabe de la postulación segura de José Antonio Meade,  representando al  PRI (Partido Revolucionario Institucional). Ricardo Anaya, tal vez se sume a esta competencia, por parte del PAN (Partido Acción Nacional).

La consideración probable en MORENA (Movimiento Regeneración Nacional) está en Andrés Manuel López Obrador. Anteriormente, había formado parte del PRD, pero se unió a este nuevo partido. Sería su tercer intento. Se escuchan murmullos acerca de este anuncio, ha sido un candidato reconocido, reprobado y polémico.

La primera vez que salió en pantalla política obtuvo muchos seguidores, a sus marchas acudieron millones de personas, especialmente en ciudad de México, entre otros estados. Sin embargo, por ciertas actitudes del perredista, influencia de los medios comunicativos, rompimiento de una buena imagen pública se perdió credibilidad; por ende, votos.

En esta tercera vez se presentan diversos rumores, hay quienes serán leales hasta el final y le otorgarán una vez más el sello adherido en el dedo pulgar. Aun así en las gráficas de los últimos días, AMLO continúa arrasando el primer lugar en las preferencias de los ciudadanos.

Latitudes políticas

Cada vez que termina la gestión de un presidente se pretende rememorar lo positivo y negativo. Desde el principio, la diligencia de Peña Nieto estuvo muy reñida y criticada. Decían sus antagonista que llegó al poder, a través de fraude.

El INE (Instituto Nacional Electoral) asegura arrojar indicadores 100% honestos. Los representantes ratifican objetividad, las políticas son generales en cada establecimiento para las votaciones. Pero, en las urnas, sí se ha detectado mal conteo inducido.

Hay que aceptar una realidad, no siempre la razón por la que gana un candidato y otro no es por timo. La nación puede ser convencida para votar por cierto postulante; la pugna de la ganancia en las campañas electorales interviene en la selección de las personas. A veces, el pueblo no tiene las armas suficientes para elegir, cree que lo hace por decisión propia, pero está siendo manipulada.

Así que en las últimas elecciones, de acuerdo a estadísticas, entrevistas y percepciones de los ciudadanos, sí ganó justamente el presidente actual. Hubo riñas y maquinación para que subiera a la tarima es correcto, pero fue logrado el objetivo, por medio de la persuasión, dinero y quizá chantaje. 

Lección política

“El pueblo tiene al gobernante que merece” ¿Será? Es una aseveración que suele pronunciarse en los países. No es totalmente fidedigna, pero sí tiene sus dosis de veredicto.

La sociedad mexicana se alarma de las reglas y acciones del régimen, crítica, refuta, se queja y acusa. No es válido protestar cuando el habitante no cumple las normativas impuestas, se sobrepasa y no está dispuesto a sembrar lo que le corresponde. Hay falta de reciprocidad entre la administración presidencial y el residente civil, se quiere recibir y no proporcionar. Después, nace el factor de aprovechamiento en las figuras políticas ante dichas situaciones.

No es fácil irrumpir en el poder;  salir al aire, y dar un discurso en fase de crisis, guerra, explicaciones o disculpas públicas. El que gobierna se entrena para enfrentar lo que ni él mismo espera. Es indudable que entre mayor sea la preparación intelectual, social, económica, autoconfianza y seguridad más fácilmente definirá una gestación honorable y con capacidad ante los disturbios.

Se establece en venideros meses que el debate entre el candidato López Obrador y Meade será fuerte. “País de mentiras” de Sara Sefchovich, retrata las impuntualidades e injusticias de los períodos presidenciales, y la corrupción por la que es conocida México. La metrópoli debería leer este tipo de testimonios para tener el conocimiento del entorno.

Sería interesante que la gente se planteara una circunstancia como la del libro “Ensayo de la lucidez” de José Saramago, en la que un mínimo porcentaje vota, y el resto deja la boletilla en blanco para mostrar su descontento. No hay predilección por candidatos, únicamente los moradores están cansados de luchar o poner esperanza en otros.

Hay que aguardar lo mejor para este país mexicano, pero también reflexionar, accionar y emprender.