Notimex.- El género documental está ocupando el lugar que merece, no solo como una cinematografía de gran calidad sino por la preocupación de sus creadores de explorar todo tipo de temas de índole social, afirmó el mexicano Inti Cordera, director ejecutivo de Docs.MX. Cordera integra, junto con el uruguayo Casimiro Torrero Gómez y con el francés Doniquique Olier, el jurado de la sección de Largometraje y Cortometraje Internacional de la XII edición de Miradas.Doc, el festival y mercado internacional de cine documental de Guía de Izora, en Tenerife, isla canaria.
En entrevista con Notimex, aseguró que el documental ya no es lo que era antes, y es ahora un género de muchas búsquedas expresivas, narrativas.
“Es cada vez más un cine necesario, un cine vivo, un cine que sorprende, porque ya los formatos tradicionales se han transformado, los creadores son cada vez más arriesgados en su forma de contar las historias, y eso yo creo que sorprende día a día a los espectadores y los atrae hacia las pantallas”, sostuvo.
La plataforma Docs.Mx, así como el festival canario de Miradas.Doc llevan 12 años de trabajo “y yo creo que este tiempo ha dejado ver lo talentosos que son los documentalistas, lo necesario que es su trabajo, y la gran atención e interés que están teniendo por parte del público, así que yo creo que este es el momento del documental”.
Indicó que en México sucede más o menos lo mismo y es un país donde los documentalistas han demostrado un gran talento.
“Hemos visto en México la gran capacidad de los cineastas por contar las historias y el gran reconocimiento que tiene nuestro cine documental a nivel internacional”, agregó.
Puso como ejemplo de ello las recientes películas de Tatiana Huezo y Everardo González, así como series documentales como la de Juan Carlos Rulfo en torno a la vida de su padre Juan Rulfo.
“El documental está cada vez más presente en nuestra idiosincracia, en nuestra identidad, así que en México tenemos no solo una gran tradición, sino un gran talento que se está mostrando día con día en las pantallas”, puntualizó.
Al hablar de su participación como jurado en Miradas.Doc, expuso que es un festival ya de mucha trayectoria y reconocimiento, “y estoy muy satisfecho y complacido con lo que he visto, fueron 13 largometrajes y 15 cortometrajes que dan de alguna manera cuenta de la personalidad del certamen y de las líneas de exploración de los documentalistas”.
Detalló que en los filmes nominados dentro de Miradas.Doc hay propuestas con preocupaciones de índole social y más específicamente en cuestiones de género, en términos de la educación y también en cuanto a los conflictos que avasallan al mundo en estos momentos de la historia.
“De ahí estas miradas se transforman en películas, películas que nos hacen pensar, que nos hacen ver a través de la pantalla como si fuera una ventana hacia la realidad, nos comparten y nos comprometemos un poco con esos actos de conciencia”, manifestó.
Para Cordera, quien ha participado también en comités de evaluación de proyectos, talleres, foros de análisis y mesas de trabajo en México, América Latina y Europa, el documentalista tiene una suerte de vínculo o vehículo que ayuda al espectador a conocer la realidad.
Esto, no desde la mirada a veces corta, por la duración del periodismo o de los medios informativos, sino más a través de una cinematografía que busca plasmar la historia a través de la creación cinematográfica.
Los largometrajes que compiten en Miradas.Doc son: “Blood and the moon”, de Yemen, dirigido por Tomasso Cotronel; las francesas “Ce sor man coeur bar”, de Rémi Jennequin y “Dernier jours à shibati”, de Hendrick Dusollier; la argentina “El señor de los dinosaurios”, de Luciano Zito y la libanesa “Mayyel ya ghzayyhel” de Eliane Raheb. Asimismo, la coproducción de Georgia, Países Bajos, Qatar y Estados Unidos “City of the sun”, de Rati Oneli; la turca “Derdo Ana ve cerviz agaci”, de Serdar Önal; la hispano-irlandesa “In loco parentis”, de Neasa Ní Chianáin y David Rane; “Radio Kobani”, de Países Bajos, dirigido por Reber Dosky y la chilena “Tierra sola”, de Tiziana Panizo.
Por último, la colombiana “Señorita María, la falda de la montaña”, de Rubén Mendoza; “The family”, de Rok Biček, producción de Eslovenia y Austria y “The rebela surgeon”, coproducción de Suecia y Noruega, de Erick Gandini.
Los cortometrajes que compiten son: los argentinos “¿Para qué Dios si tenemos padre”, de Cecilia Paviolo; “El cielo de los animales”, de Juan Renau y “El espacio vacío”, de Julián Cáneva, además de “Nature: all rights reserved”, de los Países Bajos, dirigido por Sebastian Mulder.
También, los filmes brasileños “Boca de fogo”, de Luciano Pérez Fernández; “Gary”, de Marina Tomhé y “Tekoha-Spm da terra”, de Rodrigo Arajeju, Valdelice Veron (Xamiri Nhupoty), junto con la suiza “A song from the future”, de Tommaso Donati. Compiten en esta categoría las películas alemanas “Oh brother octopus”, dirigida por Florian Kunert; “Riski”, de Otto Reuschel y “The last tape”, de Cyprien Clement-Delmas e Igor Kosenko y las chilenas “Sigo acá”, de Tana Gilbert y “Cuatro manos”, de Diego Véliz y José Miguel Garrido.
Por último, la belga “Heimat”, de Sam Peeters y la polaca “Miedzy Nami”, dirigida por Maciej Miller.
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