Interpretación de las obras de Magritte

Written by Redacción. Posted in Minuto a Minuto, Reportajes

Published on enero 03, 2018 with No Comments

 

Foto: Internet

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Por: Brenda Serrano 

René François Ghislain Magritte, fue un pintor alemán del siglo XX. Entre sus obras más famosas se hallan: “El hijo del hombre” (1964), “Los amantes” (1928), “Golconda” (1953), “La gratitud infinita” (1963), “La gran guerra” (1962), “El arte de vivir” (1967). Todas sus producciones están basadas en el surrealismo (movimiento artístico surgido en Francia, que representa las posibles escenas del subconsciente). Se invita a ver algunas de sus creaciones para forjar un propio criterio. 

Ars longa, vita brevis (El arte perdura, la vida breve) 

A partir del ensayo “¡Ya no hay cosas ordinarias! Interpretación semiótica de la obra de René Magritte” se plasman los conceptos de los símbolos y se derivan otras perspectivas.

La sociedad es una estructura que posee elementos que forman parte de una organización para que los ciudadanos puedan vivir mejor. En el campo del estudio y análisis de los símbolos en el arte, el objetivo es ahondar en la obra de Magritte para comprender los misterios que abarca el mundo. A simple vista, el observador de dichas obras debe tener cierto conocimiento para enjuiciar las mismas.

Para poder admirar o criticar un cuadro es preciso conocer el contexto en el que se creó, permitir imaginar un sinfín de situaciones y aspectos en la imagen. No limitarse a observarlo, sin saber la historia o circunstancias.

La gente está cambiando; ya no se contempla con detenimiento el exterior o aquella transfiguración de la realidad, como es el arte. A muchos les parece aburrido o que no será el fruto de su éxito es decir, triunfo económico. Se desecha la idea del progreso artístico o intelectual porque no se considera productivo aprender sobre dicho ámbito; la mayoría de las personas que son eruditos de los procesos interpretativos del arte es porque están estudiando una carrera relacionada con dichos temas o  bien, lo hacen por conveniencia, beneficios o galantería.

El pseudointelectualismo es el término que podría estar de moda, pues se adopta la postura jactanciosa en el que se domina cierto lenguaje o literatura y se difunde este saber, pero con el afán de recalcar que esa mente resalta y tiene la vocación,  no necesariamente para enseñar a los demás. 

Para profundizar adecuadamente en las obras de Magritte es fundamental pasar por tres etapas en las que se muestre el funcionamiento de sus pinturas. Cuando  se identifican objetos por la consciencia y entendimiento que se poseen de ellos es el llamado reconocimiento; se refiere a cualquier individuo capaz de señalar objetos que se encuentren en el recuadro, ya que la sociedad ha establecido un nombre para ese elemento. Es importante recalcar que hay entidades cotidianas, es decir que son habituales; por ende, ya no se le presta atención al encanto que puede imperar en esa “cosa”.

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El mundo está sumergido en un sistema que induce a querer situaciones  nuevas a cada rato,  podría ser un factor bueno o malo, pero sí es cierto que a veces se convierte en una inconformidad caprichosa que impide el asombro en cuestiones sencillas. En repetidas ocasiones, las mejores cosas se encuentran en los aspectos más sencillos y en los detalles. Lo que aparentemente es grandioso, descomunal o cualquier adjetivo que implique algo desmesurado no será siempre bueno o de calidad. El misterio se halla en lo pequeño y minucioso. Éste es una de las principales razones que hace interesante las obras de Magritte.

La segunda etapa es la sorpresa, indica la relación de dos objetos totalmente opuestos, éstos se localizan de una manera tan inusual que provocan un sentimiento extraño en el observador, su objetivo es llamar la atención en un objeto ya conocido y se compare la extrañeza en un componente  común. 

La tercera etapa trata la liberación del pensamiento, para procesar dicho paso es preciso desatarse de todo tipo de tabúes o barreras mentales, ya que forzosamente el sujeto asigna a cada “objeto” una función. La forma en que los objetos están expuestos en las obras de Magritte es un claro ejemplo de que se habita una sociedad repleta de estereotipos, la gente se admira por la posición de los elementos, pero realmente no habría porqué.

Sí se aprende y se asume adecuadamente cada etapa y el funcionamiento de los respectivos roles que les toca desempeñar a las personas y cosas se desarrolla la aptitud para poder diferenciar, determinar, comprender, sentir, y la enseñanza del contenido. Es una actividad creativa para poner personas u objetos en lugares que no les corresponde, eso significa la competencia de poder imaginar, recrear un mundo totalmente diferente, sin restringirse a que la tierra sea una determinada manera.

La semiología del mundo interno en estas obras la rige el arte, los signos vivenciales son el sentido que se le otorga al entorno. Hay ciertos ojos que apreciarán más las obras de Magritte; representando un pequeño momento puede transformar radicalmente una visión, la impresión del instante basta para que el cerebro procese aspectos intelectuales, prácticos y emocionales.

No hay que olvidar que la intención del sentido es origen del que vive y se mueve, se adoptan significados en la sociedad, pero no es pecado deshacerse de ellos en un momento para contemplar el arte.

Se concluye que para transmitir dotes extraordinarios, no hace falta ser un dandy sino tener la habilidad de ser y sentir, expresarse a través de la vocación o conferir la oportunidad de la expansión del arte en el mundo.

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