Redacción. La creciente oposición de la sociedad civil al uso de popotes debido a los daños que causan a la fauna marina y las 49 mil 724 toneladas de basura que significan para el país, según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), ha motivado a compañías tapatías a proponer alternativas.
Es el caso de la empresa We Care, cuya reciente novedad es la elaboración y distribución de popotes de bagazo de agave que saldrán a la venta en un mes.
Su director, José Ramón Almada, destacó que serán reutilizables y se buscará comercializarlos en el ramo de restaurantes y entretenimiento.
“Dispondremos de popotes a granel y estuchados que se comercializarán en cajas de dos mil piezas para restaurantes u hoteles. También buscamos distribuirlos en cadenas de autoservicio en presentaciones a partir de 36 piezas”, comentó el empresario local.
El producto permitirá a los restauranteros ofrecer popotes a quienes deseen usarlos sin incumplir con la reforma aprobada por el Congreso de la Unión en abril de este año, la cual prohíbe a los dueños de establecimientos de alimentos y bebidas promover su utilización.
Ante la prohibición de plásticos, apuesta por envases ecológicos
Como una alternativa a la producción de bolsas, unicel y popotes de plástico que tardan en degradarse de 300 a mil 500 años, y con una alta concentración de residuos contaminantes, una empresa tapatía apuesta por la elaboración y comercialización de productos biodegradables y amigables con el ambiente.
Un caso de éxito en el impulso de estos productos ecológicos es la empresa We Care.
Su director, José Ramón Almada, considera que la actual coyuntura a favor de la reducción y prohibición de plásticos y popotes es una gran oportunidad para generar mayor conciencia en los consumidores.
“Hoy la gente es más consciente de las alternativas que hay al plástico, antes no existían tantas y no eran tan populares”, asegura Almada.
We Care es una compañía jalisciense con nueve años de existencia, pionera en la comercialización de plásticos biodegradables, la mayoría traídos de Asia, y elaborados con materiales 100% renovables como bagazo de trigo o de agave.
Uno de los retos principales para la adopción de plásticos biodegradables, de acuerdo con Almada, es el precio de un producto con material reciclado, más alto que uno elaborado con plásticos de uso común. Sin embargo, We Care ha logrado vender sus productos en 400 puntos como supermercados y tiendas de autoservicio, además de contar con 15 distribuidores en todo el país.
Otro objetivo de la empresa tapatía es incrementar las ventas de los productos biodegradables frente a la industria de plásticos de Jalisco, esta última con una posición prominente en el mercado nacional. De acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la Entidad ocupa el tercer lugar nacional en producción de plásticos con 10.2%, sólo por detrás del Estado de México y Nuevo León.
“No obstante, hay mercados que serán difíciles que cambien del unicel al ecológico al serles más costoso. Ojalá y todos pudieran, pero a final de cuentas el consumidor debe pagar el producto”.
Además, Guadalajara es una de las tres ciudades con mayor número de unidades económicas dedicadas a la venta de plásticos, junto con León y la delegaciónIztapalapa.
Almada señaló que otro propósito de We Care es incrementar la producción de plásticos biodegradables en territorio nacional.
Señalan dificultades para cumplir la ley
La aprobación de la iniciativa de prohibir el uso de popotes, bolsas de plástico y unicel en Jalisco tendrá dificultades para llevarse a cabo en la práctica, coinciden expertos y empresarios.
“Es una medida bastante progresista, bondadosa. Hay sólo dos países europeos que lo han prohibido totalmente (España y Francia), pero aquí en México estamos en pañales y son muchas las cadenas productivas ligadas a la producción, transporte, generación y disposición de los plásticos”, mencionó Raquel Gutiérrez Nájera, investigadora de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Oyuki Selene Gutiérrez, empresaria del ramo de los plásticos desechables, considera que la mayoría de los industriales no tiene recursos para adquirir maquinaria que les permita producir plásticos biodegradables.
“No estamos preparados. No tenemos el dinero para invertir en ese tipo de maquinaria. Necesitamos importarla a un precio elevado y no tenemos la solvencia para comprarla”, dijo.
Actualmente, la reforma al uso de plásticos está en proceso de dictaminación dentro de tres comisiones del Congreso: Medio Ambiente, Asuntos Metropolitanos y Puntos Constitucionales. Se espera que se apruebe antes del cierre de periodo de sesiones de la actual Legislatura.
Proponen certificar a compañías fabricantes
Verónica Jiménez, diputada local de Movimiento Ciudadano (MC), quien impulsó la iniciativa para prohibir las bolsas de plástico, unicel y popotes en Jalisco, señaló que de aprobarse su propuesta se elaborará una norma técnica que aclare cuáles serán los plásticos biodegradables permitidos y cuáles los prohibidos. Esto se realizará en conjunto con los empresarios del plástico y la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet).
Se buscará certificar a las compañías para que vendan productos biodegradables que cumplan los requisitos medioambientales. La iniciativa propone modificaciones a la Ley Estatal del Equilibrio Ecológico y de Protección al Ambiente, y a la Ley de Gestión Integral de Residuos.
“Promovemos que se genere un padrón en el que las empresas se inscriban y certifiquen que cumplan con esta nueva norma”, compartió la legisladora.
“Es una oportunidad”
Para algunos empresarios del sector de plásticos, la iniciativa servirá para que se animen a innovar y competir con productos amigables con el medio ambiente.
“Es una oportunidad para todo el mundo, principalmente para las mismas empresas que tienen sus fábricas e instalaciones gigantes para la producción de popotes basados en plásticos, así ellas pueden empezar a innovar y pasarse a este tipo de productos más amigables y ecológicos”, mencionó José Ramón Almada, fundador y director de la empresa We Care.
Sin embargo, otros empresarios consideran que tanto el plástico como los popotes están siendo excesivamente criticados, y se sobredimensiona su impacto en el medio ambiente.
“Están satanizando el tema, un popote a la intemperie no dura más de un año para destruirse por los rayos del sol, antes de eliminar este producto debería buscarse un sustituto”, señaló Alfredo Morán, vicepresidente en Jalisco de la Cámara Regional de la Industria de la Transformación (Careintra).
(Con información de El Informador)
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