Hábitos que te ayudan a disminuir el riesgo de demencia

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Published on octubre 25, 2018 with No Comments

 Mejor con Salud.- Para reducir el riesgo de demencia es fundamental mantenerse activo, tanto a nivel físico como mental para favorecer la circulación y las conexiones neuronales. La interacción social es muy beneficiosa.

Por inverosímil que pueda parecer, las relaciones interpersonales son fundamentales para prevenir la demencia. Aunque esta enfermedad aumenta de forma progresiva al afectar a muchas funciones del cerebro, algunos hábitos pueden ayudarnos a disminuir el riesgo de demencia.

En este artículo descubrirás la importancia de tener una actitud activa y la mente siempre lista para potenciar la actividad cerebral. Tampoco debemos olvidar que es fundamental una estabilidad emocional.

La demencia
La demencia se caracteriza por la pérdida o disminución de algunas facultades mentales. Sobre todo afecta a la memoria, a la conducta y a la capacidad de razonamiento. Este deterioro, por desgracia, suele ser crónico y progresivo. Lo habitual es que se manifieste en personas de avanzada edad, hasta el punto de que se llegan a convertir en pacientes dependientes de todo tipo de cuidados.

Además de la predisposición genética, existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo de demencia:

Hipertensión arterial
Niveles elevados de colesterol
Tabaquismo
Diabetes
Algunos tipos de depresión
Contusiones en la cabeza que conlleven pérdida de conocimiento
Enfermedad cerebrovascular
Exposición a metales pesados como el mercurio

Cómo disminuir el riesgo de demencia
1. Potencia la memoria

Uno de los síntomas más habituales de la demencia es la pérdida de memoria. Por este motivo, debemos proponernos ejercitar a diario esta capacidad. Cada noche, al acostarnos, podemos hacernos un repaso mental de lo que hemos hecho y de los detalles que logramos recordar.

Otra manera de ejercitar la memoria consiste en prestar toda la atención posible cada vez que visitemos un lugar nuevo, hagamos una nueva actividad o conozcamos a alguien. Nos concentraremos en repasar lo que hemos aprendido y relacionarlo con cuestiones sensoriales que nos ayuden.

2. Estimula tus capacidades
Hay personas que tienen más interés por los números, mientras que otras se decantan por las letras. Sean cuales sean tus gustos, aunque conviene dedicar tiempo a todo, debemos buscar la manera de entretenernos con ejercicios mentales.

Una excelente opción si nos interesan los cálculos son los sudokus que tan de moda se han puesto en las últimas décadas. En cambio, si preferimos las letras, debemos leer cada día un buen rato.

3. Participa en reuniones y debates
Todo tipo de actividad social en la que exista una interacción con otras personas y otras formas de pensar estimula el cerebro y, por tanto, ayuda a disminuir el riesgo de demencia. Por ejemplo, participar en reuniones aumenta la actividad cerebral a través del intercambio de las diferentes opiniones.

El hecho de argumentar y defender una idea pone a trabajar a las neuronas y reactiva muchas capacidades que, con la demencia, tienden a atrofiarse. A través del lenguaje, en este tipo de coloquios o debates con amigos, se ejercita la memoria, el razonamiento y la creación de ideas. Este aspecto es necesario ya que algunas enfermedades como el alzhéimer afectan al aprendizaje de información nueva en la persona.

4. Busca la estabilidad emocional

Es muy importante que la persona que padece demencia sienta el cariño y la comprensión de su entorno familiar. Para muchos es difícil de sobrellevar la enfermedad degenerativa de un ser querido. Sin embargo, una estabilidad emocional ayuda a mejorar la calidad de vida de la persona afectada.

La atención al paciente, por lo tanto, debe ser integral. Se deben cuidar no solo las necesidades fisiológicas sino las afectivas, familiares y sociales. De este modo podremos prevenir o, si ya se sufre demencia, ralentizar en gran medida la pérdida de capacidades.

5. Ten una actitud activa
Un buen hábito que ayuda a disminuir el riesgo de demencia es la actividad física o, mejor dicho, todo tipo de esfuerzo, ya sea mental o físico. Por medio del deporte mejora la salud cardiovascular del organismo y la circulación sanguínea. Por lo tanto, tener una actitud activa y vitalista, con un estilo de vida saludable, es la mejor forma de prevenir esta enfermedad degenerativa.

En esta línea, un buen consejo para llevar a la práctica es hacer 30 minutos de ejercicio diario adecuado a nuestra edad y forma física. De hecho lo que más nos cuesta hacer es en lo que más deberíamos insistir. Tenemos que mantener un pensamiento joven, activo y positivo, y también aprender a adaptarnos a los cambios.

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