El arte de saber vivir.- El wabi-sabi tiene sus orígenes en el arte zen como una filosofía y expresión de la belleza, apoyada en la breve transición que tenemos entre el nacimiento y el término de la vida. Por tanto, constituye tanto la alegría como la melancolía de la belleza que conlleva la vida humana. Todo cambia, nada permanece como siempre y todo llega a su fin en algún momento. El wabi-sabi busca la belleza de las imperfecciones que hay en la fugacidad de la vida porque lo que está vivo no puede ser perfecto, ya que si lo es significaría que dejaría de desarrollarse y moriría.
La palabra wabi proviene del verbo wabu que significa languidecer y del verbo wabishii, que describe los sentimientos de soledad, desolación y desdicha, pero posteriormente, llegó a significar simple, inmaterial, humilde. Por su parte, la palabra sabi literalmente significa “la flor del tiempo”, la comprensión de que tanto la belleza como la vida son pasajeras, de aquí que haya surgido el proverbio de que “el tiempo es bueno para las cosas, pero desagradable para los hombres”, porque irremediablemente todos envejeceremos y tendremos un final.
El arte japonés está inspirado por el espíritu wabi-sabi, el cual se inspira en la naturaleza y busca la belleza en las verdades del mundo natural. Definir el arte es tan difícil como definir la vida misma, ya que ambos son inseparables, pero el arte se entiende mejor si se comprende o analiza en términos de lo que ofrece al ser humano, el arte de la impermanencia y la imperfección natural de todos y de todo.
De acuerdo con lo anterior, y aunque el término wabi-sabi se asocie a la cultura japonesa, podemos decir que los sentimientos y las cualidades en los cuales se funda y sugiere, son universales:
- Simplicidad.
- Humildad.
- Moderación.
- Naturalidad.
- Alegría.
- Melancolía.
- Impermanencia.
- Imperfección.
El arte del wabi-sabi para su vida
Viva y disfrute de la belleza del momento presente
El wabi-sabi se basa en que lo único importante es la belleza del instante presente. El pasado ya pasó y el futuro aún no ha llegado. Así que solo deténgase por un instante, coja aire y concéntrese con todos sus sentidos en ese instante, escúchese y sienta lo que tiene a su alrededor, nada más. A veces, son estos pequeños momentos los que permiten darnos cuenta de quienes somos, de que realmente estamos vivos y también nos permite valorar las oportunidades y posibilidades que tenemos.
Acepte la belleza e imperfección de su humanidad
Nada ni nadie es perfecto, esto es lo que nos permite poder aceptar nuestras debilidades y convertirlas en fortalezas. Así que, no se llene de reproches por ser como es o por no llenar o cumplir con las expectativas de los demás, esto no significa que deba conformarse o resignarse por ser como es, sino más bien que es un ser humano en constante cambio, transformación y evolución. El wabi-sabi acepta el cambio, la caducidad, la finitud y la imperfección, por tanto, mírese con más bondad y consideración, acepte sus errores y debilidades, esfuércese por transformarlas y convertirlas en una fuente de riqueza para su crecimiento personal y para su propia vida.
Aprenda a decir ha sido suficiente
El wabi-sabi se basa en la idea de que nunca terminaremos nada, podremos acercarnos o alcanzar un resultado muy bueno, pero la perfección y la pureza no se podrán alcanzar por completo. Así que aprenda a decir basta, lo cual no significa que debemos dejar de hacer las cosas bien, al contrario, el arte del wabi-sabi indica que es importante hacer las cosas bien, pero estas no deben ser perfectas o quedar totalmente terminadas, porque las cosas por sí mismas son imperfectas y deben continuar desarrollándose. Por tanto, disfrute con lo que hace y el cómo lo hace, ya que esto se sumará al resultado final.
Aprenda a vivir con moderación y humildad
La filosofía del wabi-sabi plantea que los bienes materiales y los apegos frívolos o terrenales no nos darán la paz y la felicidad que buscamos. Por esto, se interesa por el entorno o el medio ambiente reduciendo el consumo y la ostentación. Elimine lo innecesario y haga un esfuerzo por liberarse de las demandas que le va creando el entorno físico. Si mira detenidamente su entorno físico, como su casa o su armario, podrá darse cuenta que tiene muchas cosas que no necesita o que llegó solo a usar en una ocasión. Así que dese la libertad de adquirir solo lo que realmente necesita, aprenda a vivir con humildad y moderación.
La libertad que ofrece el wabi-sabi de poder liberarse de los deseos de consumir y tener cosas materiales, es la de poder tener paz y no invertir tanto tiempo persiguiendo unos objetivos que solo producen un placer pasajero. Busque las cualidades y las necesidades perdidas de la modestia, la humildad y la sencillez, somos seres humanos que valemos por lo que somos no por lo que tenemos. Libérese y adáptese menos a las exigencias que le imponen los demás o el mundo exterior, siga sus propias necesidades y como dijo Albert Einstein: “Persiga una meta en su vida que no sea personas ni objetos”.
Respete el entorno
El wabi-sabi propone un profundo respeto por el entorno, la naturaleza y una adaptación a sus procesos, sus formas y materiales. Respetar la naturaleza conlleva conservar y mejorar el medio ambiente. Con respecto a su hogar, adopte la filosofía sutilmente espiritual y vea su hogar como un santuario, un lugar sencillo sin desorden, disturbios, ni distracciones. Todo su hogar, desde a mesa de la cocina hasta las puertas, le ofrece la oportunidad de ver la belleza, porque esta es común y está en todas partes para ser vista y apreciada.
Respete y honre la impermanencia de la vida
El wabi-sabi acepta el ciclo de crecimiento, decadencia y muerte de la vida: de nuestra vida. Somos seres transitorios, que nuestro cuerpo y el mundo material que nos rodea sigue un proceso que irremediablemente conducirán a un final. Por tanto, respete y honre su vida y su humanidad, abrace tanto la gloria como la tristeza de la marcha del tiempo y la decadencia. Recuerde que cada momento es un regalo de la vida, así que disfrútelo porque todo tiene su tiempo y su momento bajo el cielo, un momento para la vida y un momento para el final.
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