El arte de saber vivir.- El estudio de la nutrición y los hábitos de la alimentación han sido abordados por las ciencias biológicas y las ciencias sociales. En ambos procesos intervienen factores biológicos, socioculturales, psicológicos y ambientales. Definir los hábitos alimentarios no resulta sencillo, ya que existe una diversidad de conceptos, sin embargo, la mayoría converge en que se tratan de manifestaciones recurrentes de comportamiento individuales y colectivas con relación a la ingesta.
La manera como se come, lo que se come, dónde se come y cómo se siente quien come con relación a la comida, son elementos relacionados con la identidad cultural. No obstante, los hábitos alimentarios se han ido modificando por factores tecnológicos que alteran la dinámica familiar, a esto se le suma la menor dedicación y falta de tiempo para cocinar.
La publicidad, al igual que los medios de comunicación social, ejerce una gran influencia en la conducta alimentaria, esta puede ser tan destructiva como beneficiosa a la hora de mostrar hábitos de alimentación; tiene la facultad de transmitir y modificar las conductas de alimentación de la audiencia a través de programas y anuncios, generando patrones de preferencia alimentaria y consumo de determinados alimentos que se afianzan con la repetición y son difíciles de modificar.
Generalmente, los productos alimenticios promocionados en los distintos medios son altos en calorías. La Organización Mundial de la Salud, con sus siglas OMS, advierte que la publicidad sobre todo promueve aquellos alimentos que son ricos en azúcares, sal y grasas.
Las pantallas constituyen parte del entorno familiar y existen tres mecanismos mediante los cuales tienen un efecto sobre la obesidad:
1) Condicionan a un estilo de vida sedentario.
2) Promueven una alimentación poco saludable.
3) Estimulan un mayor consumo de alimentos.
Mientras el consumo de alimentos aumenta el consumo de calorías, la actividad física aumenta el gasto calórico, y la relación entre el consumo y el gasto calórico contribuyen al estado del peso corporal. Por lo tanto, las conductas alimentarias relacionadas con el consumo de alimentos y la actividad física son factores que determinan el peso corporal.
Estudios elaborados en los diferentes países del mundo concluyen que es importante poner en marcha programas de educación para la salud y regulaciones estrictas para la publicidad de alimentos transmitidos, sobre todo, en programas dirigidos a la población infantil y adolescente. Los estudios revisados permiten llegar a la conclusión de que la televisión y la exposición a la publicidad de alimentos es claramente solo un factor, en un patrón complejo de factores sociales y personales, que pueden ser determinantes en el desarrollo de los hábitos alimentarios inadecuados, el sobrepeso y la obesidad en niños.
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