El peligro de las dietas bajas en grasa

 El arte de saber vivir.- Hoy en día, parece predominar la idea de que la grasa es la única responsable del sobrepeso, y que una dieta efectiva debe prescindir por completo de ella.

El “fanatismo” que difunde la industria de la estética y los medios de comunicación hace que las personas interesadas en bajar de peso opten por dietas extremas para conseguir resultados notables en poco tiempo. Las dietas bajas en grasa hacen parte de la lista de “recursos milagrosos” para lucir una figura esbelta, sin embargo, quienes recurren a ellas desconocen, muchas veces, la magnitud de sus efectos a largo plazo.

Los riesgos de eliminar la grasa de nuestra ingesta diaria
Si has pensado en una dieta baja en grasa como alternativa para combatir el sobrepeso, debes saber que no es la mejor opción disponible.

• La grasa proporciona energía y es portadora de nutrientes importantes como vitamina A, D, E y K.
• Los alimentos ricos en grasa proporcionan una fuente de ácidos grasos esenciales que nuestro cuerpo no puede producir solo.
• La grasa es, además, un componente de las paredes celulares y una forma de aislar nuestro cuerpo y proteger nuestros órganos.

La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard advierte que, cuando los fabricantes de alimentos reducen la grasa en sus productos, a menudo la reemplazan con carbohidratos de azúcar, granos refinados y otros almidones. Nuestro cuerpo digiere estos carbohidratos y almidones muy rápidamente, afectando los niveles de azúcar e insulina en la sangre y causando aumento de peso y otras enfermedades.

En lugar de adoptar una dieta baja en grasa, lo indicado es informarse acerca del tipo de grasas que resultan beneficiosas para nuestro cuerpo y evitar las grasas perjudiciales.

“Un macronutriente es un componente que necesitamos en grandes cantidades para permanecer sanos, como el agua, las proteínas, los carbohidratos y las grasas. El mito de la grasa la culpa de ser dañina, pero la verdad es que nuestro cuerpo la necesita para sobrevivir.”

¿Cómo puedo saber qué tipo de grasa es beneficiosa para mi organismo?
Existen diferentes tipos de grasas, algunas más saludables que otras. Ahora bien: es importante tener en cuenta que, cuando se ingiere en grandes cantidades cualquier tipo de alimento, incluyendo las grasas saludables, puede ocurrir aumento de peso, en especial porque la grasa es más alta en energía que el resto de nutrientes.

• Grasas insaturadas: Este grupo incluye las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Se le llama “grasas buenas” porque su ingesta presenta un riesgo menor de enfermedades. Los alimentos ricos en grasas insaturadas son: los aceites vegetales (como oliva, canola, girasol, soja y maíz), las nueces, las semillas y el pescado.
• Grasas trans o “grasas malas”: Son llamadas así porque aumentan el riesgo de sufrir enfermedades. Los alimentos que contienen este tipo de grasas son, mayormente, procesados en fábricas a base de aceites hidrogenados.
• Grasas saturadas: Tienen un impacto negativo en la salud, aunque no tanto como las grasas trans. Es preferible consumirlas con mucha moderación, y se encuentran presentes en alimentos como: la carne roja, el queso, la mantequilla y otros derivados de la leche.

El equilibrio y la moderación son la clave
Reducir la ingesta de grasas saturadas y grasas trans puede ayudarnos a prevenir enfermedades cardiovasculares y bajar de peso, sin embargo, las grasas insaturadas siguen siendo necesarias para una dieta balanceada y buena salud.

Una recomendación útil es revisar las etiquetas de los productos cuando vamos de compras para cerciorarnos de elegir siempre aquellos con una concentración menor de grasas saturadas y trans, y una concentración mayor de grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas. Este simple método, acompañado de una ingesta adecuada de agua y ejercicio regular, bastará para mejorar nuestra figura sin caer en el error de las dietas extremas.